𝐁𝐑𝐎𝐊𝐄𝐍 𝐌𝐀𝐒𝐊𝐒 | ❛ Where for some people a secret changes everything ❜
....Donde Allison se encuentra atrapada en una telaraña de mentiras y misterios dentro de su escuela. Mientras un hacker anónimo amenaza con exponer las verdades más os...
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𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟎𝟓
ENTRO EN LA RECEPCIÓN con los papeles en la mano, Lulu está detrás del escritorio. Le extiendo los papeles sin decir nada, esperando que lo haga rápido para poder largarme.
—¿Como vas con Raúl, eh?—suelta de repente
Me detengo, un poco desconcertada. ¿Raúl? En un segundo lo recuerdo: la pequeña mentirita. Respiro hondo.
—Ah, bueno... ya sabes, complicado como siempre—Contesto con una sonrisa falsa, intentando sonar despreocupada, pero el sarcasmo es inevitable. Estaba demasiado cansada para fingir otra cosa. No quería ser grosera, pero mi paciencia hoy estaba al límite.
Lulu me mira de nuevo, y luego sus ojos se clavan en algo.—Por cierto, Allison tienes unas ojeras tremendas. Parece que alguien está enamorada.
Genial.
—Sí, supongo que no todos podemos tener tu cutis perfecto, Lulu—replico sin pensar mucho. Apenas me reconozco a mí misma.—Y no estoy enamorada.
En el fondo, me siento mal por haber sido tan cortante. Lulu no tiene la culpa de todo lo que está pasando... pero, con todo lo de mi familia, los secretos que estoy cargando, y las mentiras que tengo que sostener, simplemente no puedo más.
Le firmo un último papel, lo dejo sobre el escritorio y suspiro antes de salir. No debería descargarme con los demás, pero tampoco puedo permitirme mostrarme débil. Especialmente ahora.
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Caminaba rápido, con la ropa un poco desordenada y el celular en la mano, revisando ese mensaje una y otra vez. Lo de la pelea me estaba volviendo loca, pero no podía darle más vueltas ahora. Todo era demasiado.
De repente, escuché unos pasos rápidos tras de mí, y antes de que pudiera reaccionar, la voz de Raúl me sobresaltó
—¡Allison! —gritó, y cuando me volví, ya estaba corriendo hacia mí. Me detuve, respirando hondo y sintiendo un leve alivio en el pecho. Por alguna razón, verlo corriendo hacia mí pareció calmarme, aunque nunca lo admitiría en voz alta.
