"Mi camino" (MabelxBill)

Capítulo 3 "Cambios, estrés y un poco de risa"

Caminando por los largos pasillos, Mabel no pudo evitar cuestionarse.

¿En qué diablos estaba pensando?

Si era cierto lo que le había dicho el apuesto león, estaba yendo directo hacia Bill Cipher, el malvado Dorito que intentó apoderarse del mundo.

En parte.

¿Qué era eso de visita? ¿Acaso estaba siendo escoltada por uno de sus secuaces nuevos? ¿Al interior de su nueva y limpia guarida?

Miró a su alrededor, todo parecía tan pulcro, las paredes blanquecinas, contrastaba con el oscuro piso, el cual se veía moteada de destellos brillantes, semejante a las estrellas. Incluso podía jurar que una que otra tenía movimiento, abrió la boca maravillada, parecía el espacio sideral.

Al menos de que Bill tuvo un drástico cambio en su estilo, lo que veía era completamente opuesto a cuando estuvo en aquella pirámide en pleno raromagedon.

Sin darse cuenta, la chica choco con la dura armadura de la espalda del felino, se sobo la nariz un tanto adolorida para después escuchar el ruido de teclas siendo apretadas, junto a lo que parecía ser una voz femenina.

Habían llegado a la recepción, en esta trabajaba un pulpo morado, con largas pestañas y vestimenta formal. Sus brazos se encargaban de hacer diferentes tareas, desde engrapar papeles, hasta hablar en llamada.

—Si señor, ya les pasé el plan recreativo a los psicólogos —

La castaña estaba un tanto confundida, poco a poco se daba a la labor de hilar los hilos de lo que estaba sucediendo a su alrededor; no obstante, sentía que aún le faltaban más cosas por descubrir. Al instante, la recepcionista colgó el teléfono para ponerle su completa atención a lo que tenía enfrente.

—Fulker, cariño ¿Qué te trae por aquí? — dijo el octópodo con jovialidad. El contrario se aclaró la garganta y aún firme le contestó:

—Buen día Lia. Traigo a la chica que viene de visita ¿Podrías darme un pase para ella? —

—Claro que si guapetón— el molusco volteo hacia Mabel—Tu nombre cariño y ¿A quien vienes a visitar—

—Ma...Mabel Pines y vengo a ver a.... —

¿En serio lo iba a decir?

Hace unos momentos seguía sin convencerse de lo que estaba haciendo, pero fue en ese instante cuando se dio cuenta de lo que sucedía. ¿Quien en su sano juicio quería visitar al causante de mucho daño en su familia?

—¿Si? — presiono la recepcionista.

—Eh...No creo que debería de estar aquí. No quiero ver a Bill y mucho menos sé donde estoy— titubeo en cada palabra. Esto no estaba bien, lo mejor era que la regresaran a su habitación. Su oscura y solitaria habitación.

La pareja miro a esta con extrañeza. Si ha sido solicitada por el demonio, era por algo.

—Este es un centro de reinserción. Aquí le damos apoyo a los criminales para que puedan aprender de sus errores y mejorar consigo mismos— respondió Lia con tranquilidad, a pesar de sus agitados tentáculos, los cuales seguían haciendo su trabajo.

—¿Una especie de cárcel? —

—No pequeña, aquí les damos apoyo y ayuda psicológica—

La incertidumbre seguía en su interior. Si era cierto lo que decía, Bill ha tenido ayuda de estas personas, desde la última vez que lo vieron. Probablemente cambió y buscaba el perdón.

No.

No era el estilo del nacho endemoniado. Para ser sinceros, su familia, el pueblo e incluso ella creía que este murió tras el sacrificio de su tío Stan.