La clase de la maestra Rose, era aquella en la que los jóvenes no hacían más que tontear y dejar de poner atención, todo por el simple hecho de ser una de las asignaturas que no afectan al promedio final.
Las Artes nunca fueron tomadas en cerio, al menos no para todos ya que siempre fue la materia favorita de Mabel. En ella podía dejar que su creatividad y energía explotaran, se sentía en confianza y por ende, ella misma.
O al menos lo fue hace tiempo.
Desde que comenzó a centrarse solo en los estudios, creía que cualquier cosa que le divirtiera era una pérdida de tiempo para su futuro, no podía darse el lujo de tontear con el pegamento y el papel china. Negándose el placer de exponer sus sentimientos en lo que era mejor, y eso era ser creativa. Con el tiempo sus participaciones en la clase, se hicieron vanas, llegando al punto de no prestar atención al igual que sus compañeros.
El tick tack del reloj sonaba de forma oscilante, junto al molesto ruido que salía de la boca de un alumno con su goma de mascar. La maestra de artes, hablaba sobre metáforas, pero a nadie le importaba, era viernes en la noche, los jóvenes estaban demasiado distraídos con sus planes de fin de semana. ¿Que importaba una estúpida clase? Si al salir de la escuela irán al mol a tomar un par de bebidas con sus amigos.
Pues este no era el caso de Mabel. Había pasado toda la semana pensando en múltiples carreras para estudiar, primero considero en ser abogada ya que había visto la película de legalmente rubia, pero descarto la idea en cuanto Dipper le confirmó que en la carrera de derecho se tenía que leer mucho. Después pasó por la idea de doctora, si Meredith Gray podía, ¿Porque ella no? Minutos después su madre le dijo que la medicina no es tan fabulosa como lo pintan en las series, puesto que ella trabajaba como enfermera. En parte le dejó muy en claro, que al igual que la abogacía, se tenía que estudiar mucho para ello.
La chica se talló las sienes cansada, sin disimular la molestia que le causaba el sobre pensar.
—Bueno chicos, ¿A alguien le gustaría compartir un ejemplo de metáfora? —- habló la maestra en el fondo.
Contadora, vendedora de bienes raíces, policía, bombera....
Que dolor de cabeza.
Todo era más fácil cuando tenía cuatro años y quería ser presidenta del mundo. Incluso tenía planeadas sus propuestas para la candidatura, como eliminar el brócoli de la existencia y cambiarlo por malvaviscos de florecitas, o hacer ilegal la escuela, para que todos los jóvenes del mundo puedan jugar en vez de estudiar.
—¿Ninguno? —- la mayoría de los chicos se encogieron en sus lugares, en busca de evitar el llamado de la docente.
La castaña suspiró con una sonrisa boba al recordar sus ilusiones del pasado.
—¿Señorita Pines? —
La nombrada pegó un respingo. Miró a su maestra asustada y sintió las miradas de todos sus compañeros.
—Bueno... Yo... — vio como el par de chicas que la molestaban, se susurraban al oído y se reían entre ellas, distrayendo la más. Trago pesado, mientras intentaba pensar rápido, no sabía porque tenía la mente en blanco, si se trataba de algo tan fácil, se había bloqueado en el momento, presa de su miedo a equivocarse, comenzó a sentirse como una tonta por no poder responder con rapidez, sus manos empezaron a sudar y su respiración se tornaba pesada.
Estaba viviendo un caos en su interior, no lo podía controlar.
Caos...
De repente, las palabras de Bill llegaron a su mente. Rápidas y fugaces, recordando le el confort que le hizo sentir con tan solo una frase.
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"Mi camino" (MabelxBill)
FanfictionLa sensación de tocar su suave piel, el calor que le brindaba con un simple roce de sus manos lo estaba volviendo loco. Esa inaudita atracción que lo pone demente, afloraba algo desconocido, una paz que pensó haber olvidado hace siglos, la cual cre...