Capítulo 52: Pura frustración

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Capítulo 52: Pura frustración

3 semanas después,


Habían pasado tres semanas desde que Ricky había pasado por allí, y ahora se encontraba sentado frente al hombre más intimidante de Estados Unidos, John D. Rockefeller.


*Suspiro*


Ricky suspiró, después de haber pasado la última hora sentado en la casa de la infancia de Rockefeller mientras Chester refrescaba repetidamente el Genjutsu.


Entre entrenar con Alexander, pasar tiempo con María, hacer intentos poco entusiastas para seducir a la Sra. Collins, apenas esforzarse en la escuela, holgazanear durante las reuniones de Skull and Bones, delegar todas sus tareas a sus subordinados y eludir todas las demás responsabilidades, Ricky avanzaba por la vida con una facilidad descuidada.


Sin embargo, últimamente Ricky se había vuelto cada vez más tenso, atrapado en un período de sequía inesperado que lo dejaba sintiéndose más agitado cada día. 


Estos bajones suelen ocurrir cada cierto tiempo, pero esta vez, la falta de acción estaba empezando a molestarlo. 


Fue como si su polaridad se hubiera invertido en la dirección opuesta y sus payasadas habituales actuaran como repelente.


La cosa se había puesto tan mal que Ricky se encontró intentando romper la racha revisitando aventuras pasadas, a pesar de su anterior resolución de darles espacio. 


Para Alina, todavía era demasiado pronto, pero con otra, sintió que la había dejado hervir a fuego lento el tiempo suficiente y, finalmente, Ricky decidió que era hora de confrontar a Dolly.


*Escena retrospectiva*


Ricky, vestido con su habitual atuendo de greaser que complementaba la época, sostenía un ramo de margaritas que combinaba con el sedoso cabello rubio de Dolly.


*Golpear*


*Golpear*


*Golpear*


—Recuerda, Ricky. No estás desesperado hasta que agotas todas las opciones y ella sigue siendo una de ellas —se animó Ricky, claramente consciente de su lado frío, mientras la puerta se abría lentamente con un crujido.


—¿R-Ricky? —Los ojos de Dolly se encogieron, instintivamente agachando la mitad de su cuerpo detrás de la puerta.


Aun así, la sonrisa de Ricky se curvó en una mueca sórdida mientras observaba lo hermosa que se había vuelto Dolly desde la última vez que la vio, irradiando un brillo exuberante que hizo que sus pantalones se apretaran.


—Hola hermosa, ¿puedo ir? —Ricky ya estaba entrando en la puerta, listo para hacer su movimiento y finalmente aflojar sus engranajes obstruidos y oxidados, hasta que Dolly se mordió el labio.

Marvel: sistema de impregnaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora