Capítulo 9: Un baile y piedra papel o tijera

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Aviso: Mencion a otra pareja

Dedicado a @tchoutchoumivida

La personita que leyo mis historias desde el principio y que lleno mis notificaciones de avisos comentarios, este cap va para vos, TQM💗!

Narra la narradora (yo):

El inicio de la Eurocopa no podía ir mejor. Habían llegado a octavos habiendo ganado todos los partidos con clara diferencia. Lamine se sentía más ilusionado que nunca; todo le salía bien. Y para un chaval de 16 años, casi 17, todo era pura adrenalina. A pesar de estar tan contento, siempre había esa angustia de fallar. Aquello no era fase de grupos; no se podía permitir cometer ningún error. Porque, si fallaba, todo el esfuerzo de los demás se iría a la basura, incluido su propio esfuerzo. Su pierna se movía nerviosamente, fruto de la ansiedad, y Nico lo notó. También se dio cuenta de que Lamine empezaba a jugar ansiosamente con la tela de su camiseta, lo que siempre hacía cuando estaba nervioso. Al conocerlo bien, Nico supo perfectamente que sus nervios estaban aumentando y que daban paso a una ansiedad de la que Lamine era consciente: la ansiedad de no ser suficiente. Pensó durante varios minutos, tratando de alejarlo de esa angustia que lo estaba carcomiendo. Hasta que se le ocurrió una idea.

—Oye, Lamine.

Lamine giró la cabeza.

—Tengo una idea. —Lamine frunció el ceño por la repentina frase de su mejor amigo.

—Dime.

—¿Te acuerdas del baile que hicimos el otro día cuando le ganamos a Mikel y a Robin en el FIFA? (No sé de dónde saqué eso, XD).

—Sí, me acuerdo. ¿Por? —preguntó Lamine, extrañado, sin entender a dónde quería llevar todo eso.

—Hagamos una cosa: si alguno de los dos mete gol hoy, los dos hacemos el baile como celebración. ¿Qué te parece?

A Lamine se le iluminaron los ojos.

—¡Venga! Más te vale meter gol hoy, ¿eh? —le dijo Lamine con una sonrisa. Nico sonrió, viendo con alivio que Lamine había dejado de jugar con la tela de la camiseta.

—Vale, vale. Lo mismo digo —respondió, manteniendo la sonrisa en la cara.

-----------------------------(Vamos a adelantarnos un poco...)-----------------------

Primera parte del partido.

—¡Gol en propia de Le Normand, señores! —decía el comentarista.

Robin sentía cómo las lágrimas subían a sus ojos; la había cagado hasta el fondo. No podía pasarle eso justo a él. El raro, el que no era español del todo, al que le costaba pronunciar la "r".

Y aunque Rodri había logrado meter el gol del empate, Robin no podía evitar sentirse el ser más horrible del mundo. En el descanso, todos se acercaron para recordarle que solo había sido mala suerte, que le podía pasar a cualquiera. Pero él no podía dejar de sentir esa presión en el pecho que le impedía estar tranquilo. Al sentir que las lágrimas amenazaban con salir, corrió al baño. Nadie se dio cuenta, o al menos eso creía, pero cierto portero con el número 13 había estado atento a sus movimientos y sabía que no estaba bien. Cuando Remiro vio que Robin corría al baño, fue tras él, cuidando de que nadie más lo siguiera.

Remiro abrió con cuidado la puerta. Desde el único baño cerrado se oía un pequeño sollozo.

—¿Robin? —casi pudo sentir cómo Robin dejaba de respirar, tratando de pasar desapercibido—. Sé que estás ahí —dijo, delante del cubículo en el que se había encerrado Le Normand.

Lo que provoco una Eurocopa (Nico Williams x Lamine Yamal)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz