Eurocopa 2024: la primera Euro de Lamine. Él simplemente no podia creerlo, con 16 añitos, habia logrado el sueño de muchos. Pero lo que no contaba era con la llegada de Nico Williams en su vida. Y tampoco que la pusiese patas arriba.¿Podra un chico...
Mi respiración estaba muy acelerada. ¿Qué acababa de pasar? Esto está empezando a volverse muy extraño. Creo que simplemente no puedo ocultar mis sentimientos hacia Nico. Espera, ¿qué estoy diciendo? ¿Tengo más sentimientos que una simple amistad hacia Nico?
Vale, vamos a calmarnos. Respiré hondo y decidí aclarar mis dudas. Cogí mi móvil de la mesilla y lo desbloqueé. Abrí Google y busqué: "¿Cómo saber si me gusta mi mejor amigo?". De inmediato, varios cuestionarios aparecieron en la pantalla. Entré en uno titulado: "Cómo saber si te gusta tu amigo/a en 10 simples preguntas". Respondí las primeras nueve preguntas hecho un manojo de nervios, pero la última fue la que más me marcó.
¿Qué sientes cuando estás con esa persona?
La verdadera pregunta era qué no sentía con él. Con Nico era como si el tiempo se detuviera. Hacía que cada momento fuese mágico: cada palabra, cada broma, cada sonrisa. Era simplemente hipnótico. Ver cómo cuidaba a la gente que le importaba, lo detallista que era, lo alegre, lo divertido. Con él...
¡YA LAMINE! Céntrate en la puta pregunta. Respondí, y cuando vi la respuesta del cuestionario, sentí cómo las lágrimas se acumulaban en mis ojos. Arrojé el teléfono a mi cama, como si eso fuese a cambiar lo que ponía en el móvil.
¡Felicidades! ¡Está usted completamente enamorado!
Decidí que lo único que podía hacer era llorar. Llorar por frustración, por haberme enamorado del que se supone que es mi mejor amigo. Llorar por saber que la sociedad nunca me iba a aceptar, y que Nico, menos aún. Recibí un par de mensajes de Fermín, preguntando por qué me había ido tan de repente. Y supe que si alguien me podía entender, iba a ser él.
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Sonó la puerta de la habitación. Sabía que era él. Abrí lo más rápido posible.
-Ya ha llegado el chico más hermo... - la sonrisa se esfumó de su cara cuando vio mis ojos rojos y llenos de lágrimas. - ¿Qué pasa? ¿Estás bien? - me preguntó con cara de preocupación.
-Pasa, y te lo cuento - dije en un susurro, para que no notase lo rota que estaba mi voz.
Entró y se sentó en mi cama, esperando una explicación. Me senté a su lado, y empecé a jugar con la tela de mi camiseta, que es lo que hago cuando estoy nervioso.
-Ahora, cuéntame qué es lo que ha pasado para que te encuentres en este estado - dijo. Miré mis uñas como si fuesen lo más interesante del mundo y susurré.
-Me gusta Nico...
-¿El qué? - preguntó confundido - Habla más fuerte, que estoy sordo.
-Me gusta Nico - dije un poco más fuerte.
-Ahora sí que lo he escuchado bien - dijo con una sonrisa que se evaporó en menos de tres segundos. - Espera, ¿qué? - Fermín frunció el ceño. Yo en este punto ya me quería morir.
