Capítulo 26

468 64 6
                                    

—Mmm...uhg.

En el carruaje que se dirigía hacia las tierras de Sir Bennet, Joel mezclaba apasionadamente su lengua con el príncipe, pensando sinceramente que había tomado la decisión correcta al cambiar de planes.

Joel llevaba un buen rato explorando la boca del Príncipe con su pequeña lengua. Estaba sentado en el regazo del otro, abrazándolo con fuerza como un mono aferrado a un árbol.

El repentino contacto de la gran mano del príncipe deslizándose bajo la camisa de Joel para rodear su cintura lo hizo sentir un vértigo emocionante.

Queriendo transmitirle esa misma sensación al Príncipe, acarició la ancha espalda del otro con entusiasmo, pero sus caricias parecían torpes. Joel se sentía frustrado consigo mismo.

Hasta esa mañana, Joel había estado rechazando fríamente al príncipe heredero... pero, en menos de medio día, de repente cambió de actitud por esta razón.

De hecho, hasta el momento de partir en el carruaje, Joel no había cambiado su decisión de unir al príncipe heredero con Benjamín. Al enterarse de que el príncipe no había pasado la noche anterior en la misma cama que Benjamín, se sintió mucho más generoso y pensó que podía cederle el asiento en el carruaje a Benjamín.

Así que, echó a Benjamín, quien estaba a punto de subir al carruaje, y se subió él mismo al carruaje de Benjamín.

El caballero guardián de Benjamín, Félix, protestó, como era de esperarse, pero para un simple caballero era imposible ganar contra Joel, cuyo carácter era insoportable y arrogante.

Finalmente, el carruaje de Benjamín quedó bajo posesión de Joel, que esperaba impaciente a que el carruaje partiera. De repente, se abrió la puerta del carruaje.

Quien había osado abrir la puerta del carruaje en el que se encontraba Joel era, naturalmente, el príncipe.

El Príncipe, ignorando el rechazo de Joel, lo levantó en brazos y se dirigió al carruaje que habían utilizado el día anterior. (El rechazo de Joel se desvaneció tan pronto como el Príncipe liberó sus feromonas.)

Benjamín, aprovechando la oportunidad, subió rápidamente a su carruaje con una expresión aliviada.

De esta manera, Joel se encontró una vez más en el carruaje con el príncipe en el segundo día.

Subido al carruaje, el Príncipe hizo que Joel, completamente relajado por las feromonas, se recargara en él.

—Di mi nombre.

—No quiero.

La figura desgarbada de Joel levantó la cabeza lentamente. El príncipe sintió una leve irritación.

Intentaba ser paciente con Joel, pero la constante resistencia de él dificultaba mantener la calma.

—¿Por qué? Ayer me llamaste por mi nombre sin problemas.

—Bueno, es que no quiero ser tan cercano como para llamarlo así, Su Alteza.

Era como decir directamente que no quería acercarse al príncipe. Ante el rechazo de Joel, el príncipe se quedó petrificado por un momento.

No entendía por qué Joel insistía en una actitud tan extraña: ni lo rechazaba del todo ni tampoco parecía gustarle.

—Antes, cuando escuché lo que decía Benjamín, parece que querías que yo y Benjamín fuéramos en el mismo carruaje.

Al escuchar las palabras del príncipe, Joel hizo un puchero. De repente, la terquedad de Benjamín le molestaba mucho.

¡Qué tonto! Si yo le daba una oportunidad, debería aprovecharlo. Me había esforzado mucho en cederle mi lugar en el carruaje, pero debido a la timidez de Benjamín, mi gran plan de hacer que el príncipe y Benjamín viajaran juntos en el mismo carruaje había fracasado una vez más.

El villano omega que regresa al pasado busca escaparDonde viven las historias. Descúbrelo ahora