Capítulo 48

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Una vez que el alboroto cesó, la habitación quedó en silencio. Joel, sentado con una expresión aturdida, miró a Robert.

—Robby... ¿qué está pasando exactamente...?

—Shh, cálmate. Todo estará bien.

Robert consoló a Joel, quien tenía los ojos llenos de lágrimas, y vendó nuevamente su herida abierta.

Mientras lo curaban, Joel escuchó una explicación más detallada de Robert sobre la situación. Le dijo que los siervos de su padre no solo habían participado en el ataque de la noche anterior, sino que todos los atacantes eran siervos de su padre, y que, aunque el tipo llamado el Abad John había escapado, su padre y los siervos seguían fuertemente adoctrinados por él.

—Dios, qué voy a hacer...

Al considerar la situación, comprendió por qué Abe lo había señalado como el culpable. Sin embargo, Joel era realmente inocente esta vez y sentía un miedo extremo ante la posibilidad de que su padre estuviera involucrado en la desaparición del príncipe heredero.

Mientras consolaba a Joel, que lloraba desconsolado, Robert pensó que tendría que contarle más tarde sobre que el príncipe ya se enteró del embarazo. Dado que Joel ya estaba muy conmocionado, no tenía sentido agregarle una preocupación más. Tras organizar sus pensamientos, le habló a Joel con un tono calmado y tranquilo.

—Joel, sé que estás asustado y angustiado, pero debes pensar en el próximo príncipe heredero que llevas en tu vientre. Si te emocionas más, el bebé también estará en peligro. Por favor, cálmate.

—Sniff, sí...

Lo único que podía hacer ahora era proteger a su hijo. Joel, que sollozaba amargamente, asintió con la cabeza.

Mientras Joel intentaba dejar de llorar, Robert le acercó un paño blanco a la nariz y le dijo: —Vamos, suena.

Cuando el llanto de Joel se calmó por completo, Robert tomó su mano y, con una expresión seria, abrió la boca.

—Joel, aunque todo el mundo te dé la espalda, yo siempre estaré de tu lado. ¿Confías en mí?

—Sí...

En ese momento, Robert era su único aliado. Incluso se mantuvo a su lado cuando cuatro pares de ojos lo presionaron a confesar algo que desconocía minutos antes.

Si Robert no hubiera intervenido en su defensa, se habría desmayado en ese mismo instante. Joel miró a Robert con agradecimiento.

—Así que sé honesto conmigo, Joel. ¿Sabes algo sobre este asunto? Cualquier cosa, incluso el más pequeño.

Sin embargo, en el siguiente instante, al descubrir una tenue luz de duda en las profundidades de los ojos grises de Robert, Joel se dio cuenta intuitivamente de que nadie, ni siquiera Robert, le creería.

Tal vez incluso el príncipe heredero desaparecido lo considerara culpable. Aunque todo esto fuera, en última instancia, un castigo por haber perseguido incansablemente al príncipe heredero durante tres años y haberlo atormentado, aun así, Joel encontraba insoportable esta soledad causada por la duda de su amigo.

Era como si estuviera solo en el mundo.

***

Después de calmar a Joel y de interrogarlo, Robert llegó a la conclusión de que Joel realmente no sabía nada. Conociendo a Joel desde pequeño, Robert estaba seguro de conocerlo bien y, en realidad, Joel no tenía ninguna razón para poner en peligro al príncipe heredero.

Ya estaba embarazado y ya no estaba obsesionado con el príncipe heredero. Más bien, ahora era el príncipe heredero quien estaba obsesionado y ansioso por su relación.

El villano omega que regresa al pasado busca escaparDonde viven las historias. Descúbrelo ahora