Capítulo 3: Durian (Borrador n.2)

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Capítulo 3: Durian

Summer

—¡Ponte esta, le encantará! —exclamó María, tomando una minifalda entre las manos.

—¡No insistas! Que se joda lo que le encante, tiene que vestirse como a ella le guste, no para impresionarle —rugió Nancy, y agregó en tono sarcástico—: ¿O acaso es tu marioneta?

—¡No vengas con tu feminismo! Es preciosa.

Y ahí, tumbada en la cama y escuchando a esas dos discutir por mi vestimenta, estaba yo. Si Hannah hubiera estado las habría callado, pero no; tuvo que empezar a trabajar.

Me había abandonado con esas dos locas y con Julia que estaba en silencio mirando la pantalla de su portátil.

Hablando del diablo; fue ella quién las interrumpió.

—Yo opino que esto le quedaría bien y sería de su agrado.

Había dejado el ordenador y tomado algo de ropa que dejó a mí lado. Me levanté rápidamente para ver qué era y si solucionaría el estrés causado hasta ese momento.

Ahí estaban unos vaqueros claros, un top de tirantes amarillo, una sudadera del mismo color y unas botas beige con poco tacón.

Todas, luego de un minuto de silencio y análisis, dijimos al mismo tiempo:

—Perfecto.

Sin esperar más, tomé la ropa y fui al baño, todavía no estaba acostumbrada a no tener que compartirlo con otras personas, se vivía de lujo.

La sudadera la tenía atada en los hombros, nunca se sabía si en Los Ángeles haría frío. Me dejé las varias pulseras que siempre llevaba, agregué una mochila a juego con el pantalón y algo de maquillaje básico. También me sujeté el pelo con una pinza.

—Estás hermosa, Mer. Es que con tan bello cuerpo no te entiendo porqué lo muestras tan poco —dijo María mientras daba una vuelta para enseñarles como me quedaba.

Negué con una sonrisa.

—Ya lo dejo bien expuesto en las peleas y entrenamientos; no sirve también en la calle, gracias. —Chasqueó la lengua al escucharme—. Bueno chicas, ¿estáis seguras que vaya? Soy algo impulsiva a veces y le pregunté pero en pocos días volvereis a la universidad y nos veremos menos, si queréis lo puedo cancel…

—¡Ni lo sueñes! Diviértete, nosotras estaremos por aquí chismoseando la mansión. —dijo Hannah.

María me tomó de los hombros y me llevó afuera de la habitación mientras las demás nos seguían.

—¡Y tendrás que contarnos qué tal besa!

Mis ojos se abrieron exageradamente, seguro como dos globos, y mi rostro se calentó al instante que tenía a mí madre y hermano delante.

Ellos estaban viendo una película en el salón, pero estaba segurísima que lo habían escuchado, o al menos ella, que contenía una sonrisa. Las chicas no ayudaron escondiendo sus risitas detrás de las manos.

Mi madre soltó un silbido tras silenciar la televisión.

—¡Qué hermosa estás! —Sin poder negarme tomó una foto con una sonrisa—. ¡No me digas nada! O le diré a tu padre y ya sabes cómo es cuando sabe que sales con algún chico...

Apreté los labios y no protesté, por eso mismo él no sabía de esta salida, además que Marcus sería solo mi guía turístico, no una cita, lo cual tuve que repetir mil veces y aún seguían sin creerme.

—Hola María. —Ese fue Bill al hablar, sonriendo con su técnicamente sonrisa coqueta.

La nombrada sonrió, le dió dos palmaditas en la mejilla y salió del salón tras responderle:

Pensando en ti (Borrador n.2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora