Ollie no Franco

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Franco Colapinto termina en tercer lugar, mientras que Ollie Bearman queda en sexto. Avery se encuentra entre ellos, lidiando con la tensión.

Franco se pasea con su casco en una mano y la medalla colgando del cuello. Ollie, aún enojado, lanza sus guantes al suelo.

—¡Mierda! —grita Ollie, furioso—. ¡Deberíamos haber estado en el podio!

Avery, viendo la tensión aumentar, se acerca a Ollie.

—Ollie, lo hiciste bien. Estás en los puntos, es importante.

Ollie la mira con los ojos llenos de ira.

—¿Bien? ¿Eso te parece bien? ¡No basta con los puntos, Avery! ¡Franco me pasó como si yo fuera un principiante!

Avery se detiene, sorprendida por la reacción.

—Ollie, esto es parte de las carreras. No siempre se puede ganar...

Ollie frunce el ceño, claramente frustrado.

—Es fácil para ti decirlo, tú no eres la que está en el auto, ¿verdad?

Antes de que Avery pueda responder, Franco se acerca con una sonrisa arrogante.

—Buen trabajo, Bearman. Un sexto lugar no está mal —dice Franco, con una expresión burlona.

Ollie se tensa, su rostro se vuelve rojo de ira. Avery se adelanta antes de que él reaccione.

—Franco, ¿no tienes nada mejor que hacer? —le dice Avery, irritada.

Franco sonríe con suficiencia, mirando directamente a Avery.

—Solo estaba felicitando. No es fácil quedar en los puntos... aunque parece que algunos lo disfrutan más que otros.

Ollie intenta acercarse, pero Avery lo detiene.

—Déjalo, Ollie. No vale la pena.

Franco levanta una ceja, divertido por la situación.

—Eso, Bearman. Escucha a tu chica. Al final, todos sabemos quién estuvo en el podio hoy.

Franco se da media vuelta y se aleja, mientras Ollie lo mira con rabia.

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Ollie sigue molesto, arrojando su chaqueta contra una silla. Avery lo observa en silencio, cansada.

—¿Vas a estar así todo el día? —pregunta Avery, cruzada de brazos.

Ollie se gira bruscamente hacia ella.

—¿Qué quieres que haga, Avery? ¡Estoy harto de siempre quedar detrás de ese idiota!

Avery suspira, intentando calmarlo.

—Hoy no fue el mejor día, pero no puedes culpar a Franco por todo. Tienes que concentrarte en lo que podemos mejorar.

—¿Y tú qué sabes? No eres la que está al volante.

Avery, molesta por su actitud, levanta la voz.

—Soy tu mecánica y tu novia. Estoy aquí para ayudarte, pero no voy a tolerar que me hables así solo porque las cosas no salieron como querías.

—¿Ah, sí? ¿Y qué vas a hacer? ¿Ir a felicitar a Colapinto también?

—¡No seas ridículo! ¡Esto no se trata de Franco, se trata de ti y cómo reaccionas cuando las cosas no van como esperas!

—Tú no entiendes nada...

Avery, cansada y decepcionada, lo mira con frialdad.

—¿Sabes qué, Ollie? Quizás seas tú el que no entiende nada.

Todo el camino al hotel fue en silencio, Avery se acosto bañada mientras Ollie se preparaba para ir a la ducha.

Ollie salió de la ducha,  seguía muy estresado y suspiraba cada dos segundos la relación iba de mal en peor y más con estos problemas en las carreras. Pero sabía que no era algo que tenía que ver con el auto, si no era él, y más si tenía que ver con Franco. Ollie le dedico una mirada sombría y penetrante a Avery cosa que le asustó. Se acercó a ella pero Avery estába siendo distante.         — Avery —Gimió— Por favor arreglemos esto.

—Tú eres el piloto, encárgate— Dijo enojada. Él necesitaba desquitarse Avery supo que toco una fibra sensible cuando la interrumpió al capturar sus labios.

Los besos de él siempre suelen ser calmados y tiernos, llenos de amor. Todo lo contrario a lo que está haciendo en este momento. Avery estaba sorprendida, sin aviso metió dos dedos en ella lo que provocó que arqueara su espalda, sintió la visión nublada.

Se escuchaban sus gemidos, su respiracion acelerada y el sonido de su humedad contra sus dedos. Avery no quería, pero no le iba a decir nada, quería que las cosas entre ellos mejoren así que tenía que entregarse.

Retiró sus dedos de ella y las acercó a su boca indicándole con la mirada que los introdujera. Ella lo hizo no quería desobedecerlo en ese momento, chupó sus dedos brillosos de su excitación.

Él supuso que algo andaba mal ya que ella no daba otro paso, así que Avery para improvisar introdujo su miembro en su boca sin previo aviso tomándolo por sorpresa, un ronco gemido salió de lo más profundo de su garganta. Ollie empujaba sus caderas hacia ella y controlaba sus movimientos con su mano sobre su cabello sostenido en una coleta improvisada.

Continúo haciéndolo aumentando la velocidad, su carga inundó la boca de ella, se quedó estático viendo como los restos resbalan por las comisuras de sus labios pero tratando de captar cada gota, suspiro— Ahora te voy a demostrar que soy mejor que Colapinto— la tiró a la cama, la fuerza que está aplicando en ella la sorprendía.

Poco después ella lo sintió dentro, sus embestidas eran salvajes, rápidas y precisas, olas de placer la recorrían de pies a cabeza, se aferró a sus brazos para encontrar algo de estabilidad, clavando las uñas en su suave piel.

El frío metal de sus anillos tiene un efecto increíblemente satisfactorio, Avery cerró los ojos por el placer, sentía como Ollie estaba a punto de llegar por cómo iban sus movimientos, pero ella Todavía no y no quería no llegar ya que él estaba muy despierto. No sabía el porqué, abrió los ojos y vio algo que la sorprendió, Franco.

Franco la tomaba por la cintura salvajemente, estaba transpirado y la miraba fijamente con una mirada llena de lujuria, todo se volvió en cámara lenta. Avery sintió un cosquilleo y terminó antes que él, pero Franco ya no estaba, era Ollie, ¿En qué estaba pensando ella? Él terminó y se acostaron.

— ¿Estás bien?—Por poco pensó escuchar la voz del Argentino.— Amor, contéstame.

—Sí, estoy bien...















𝘍𝘳𝘰𝘮 𝘨𝘢𝘳𝘢𝘨𝘦 𝘵𝘰 𝘨𝘭𝘰𝘳𝘺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora