» Cuestionando lo que ya tenemos, pero deseando no perderlo «
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-Quería reírme de mi misma, eso era claro.
Había aceptado disfrazarme con Ran y los niños, yo estaba ocupada con un caso en el bufete así que él se encargó de todo, y no sé si decir que fue una buena idea o simplemente que a la próxima no le dejaría todo a él.
Mi traje era blanco, con alas y una aureola en la cabeza, exacto. Era un ángel.
Y para no ir muy lejos, Ran estaba vestido del diablo y los niños de querubines. Se había tomado muy literal el apodo cariñoso que me tiene.
Me sigo viendo al espejo, no es que se mire mal, pero me parecía una mofa a nuestra caótica relación. Estalló en risas cuando Ran entra a la habitación y trae hasta sus cuernos de Diablo. Me carcajeo en su cara.
—¡Hey! Deja de burlarte, me veo sexi. —chilla.
—Demasiado sexi, lo admito. En serio es necesario que vayas sin camisa.
Su traje consistía en jeans negros, un par de alas grandes del mismo color y sus cuernos de Diablo. Le había maquillado la mitad de la cara de calavera para que se viera que al menos se esforzó en algo con el disfraz.
—Tengo que lucir este cuerpo.
Flexiona sus brazos y me guiña el ojo, no mentiría. Ran era jodidamente sexi y los tatuajes sobre su cuerpo le daban ese toque malo.
—Lúcelo solo para mí entonces, no necesitas que nadie más te vea casi desnudo. —me acerco a él.
—Pero tú eres la única que si puede verme completamente desnudo mi Ángel.
—Sabes, tal vez yo también debería de tener un disfraz más provocador, con menos tela. —Su mirada cambia a una seria— ¿Que pasa Hainix?
Cuando trato de alejarme sus manos toman mi cintura pegándome a su pecho. Pongo mis manos sobre el para apartarme un poco pero no lo consigo, fue agarre es firme.
—¿Que dijiste?
—Me escuchaste, quiero un disfraz con menos tela, ¿Te imaginas? Un ángel sexi, podría disfrazarme como un ángel de Victoria's secret.
Su mirada se oscurece y una de sus manos me toma del mentón acercándome a su boca.
—Si sigues con esto, te aseguro que al final de la noche cumpliré con tu deseo de estar desnuda, pero eso sí. Desnuda solo para mí y en mi cama.
Trata de besarme, pero hago la cabeza hacia atrás y sus labios solo se estampan en mi cuello.
—Cambie de opinión, ya no quiero ir por dulces. Pueden ir tú y los niños.
Quito sus manos para alejarme, los dos nos damos vuelta a la puerta de la habitación cuando sus risas se van asomando y llegan de puntillas a espiar por la puerta, pero no cuentan con que los sorprendamos en los primeros segundos.
Las dos tienen ropa blanca y alitas pequeñas, van con sus canastas de calabaza para los dulces.
—Mami —se asoma Arley— ¿Ya nos vamos? ¡No queremos ir tarde! Los dulces van a acabarse.
Ran suelta una pequeña risa, él tenía el suficiente dinero hasta para comprar la fábrica de dulces si quería, unos cuantos que les regalaran en la calle no eran nada para él. Antes de que pueda responderle él lo hace.
—Ley mi niña, porque no vas abajo con Tayler, ya pedí que alisten el auto, puedes esperar en el ¿Sí? Nosotros ya iremos.
Se apresura a tomar a su hermano de la mano y lo lleva con él, bajan las escaleras hasta que ya no se escuchan y solo cuando volvemos a estar solo los dos es que vuelve su mirada a mí. Trato de alejarme antes, pero vuelve a tomarme de la cintura.
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Obsesiones que matan ✓
Teen FictionSerie: sentimientos que matan (Completo) La única razón por la que su vida era perfecta, era porque él se encargaba que así fuera. Pero él se convirtió en el infierno para ella. No puedes cambiar a alguien que no quiere ser cambiado. Lo mejor siempr...