Capitulo 73

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Me preocupo por la chica, no se ve bien, no está consciente y mi preocupación se eleva más cuando sale corriendo mientras se apoya de las paredes, trato de seguirle el paso, pero una mano me detiene

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Me preocupo por la chica, no se ve bien, no está consciente y mi preocupación se eleva más cuando sale corriendo mientras se apoya de las paredes, trato de seguirle el paso, pero una mano me detiene.

- Déjala, luego se le pasara.

- no sé porque sigo acá contigo – me suelto de su agarre rápido – cada vez que apareces algo malo sucede en mi vida.

- sabes que no es así – se acerca un poco pasando toda su mano por mi cuello – me quieres y te quiero, deja a Alya de lado y estemos juntos como querías antes.

Su sonrisa crece cuando me quedo por un segundo en silencio, como si la respuesta fuera un si, pero está muy equivocada, ya no soy el adolescente que haría cualquier cosa por ella, ya no........ ya tengo con quien pasar el resto de mis días y disfrutarlo en su compañía, esa persona es la castaña y si no la sigo ahora la perderé y no podría soportarlo.

- ya no me manipularas más Isabella – saco su mano y su semblante cambia – antes lo hacías, pero ya no, ya no tienes ese poder sobre mí.

Me alejo ignorando los llamados de su parte, reviso con la mirada el patio y nada, avanzo al baño, pero no obtengo la respuesta que deseo si no que me encuentro a una pareja en una situación algo íntima por decirlo así, por último, me queda la biblioteca camino rápido y encuentro la puerta entreabierta, me asomo un poco para no toparme nuevamente con alguna parejita en su momento y la imagen que me llevo es totalmente inesperada destrozándome de a poco.

Alya y Nick besándose.

El corazón me tirita y mis ojos se nublan, siento un nudo en la garganta y la respiración se me corta cuando noto como Alya se aferra a su cuello, ambos parecen en su burbuja como si fueran una pareja enamorada, me obligo a alejarme para no seguir lastimándome y cierro la puerta, todo me da vueltas, mi respiración vuelve solo que agitadamente, con rabia limpio una lagrima traicionera.

Todo esto es tu culpa idiota.

Si la pierdes será solo porque le mientes y no la cuidaste como prometimos.

Camino hacia la salida, avanzo lo más rápido que puedo en dirección a mi casa, gracias a los nervios y la rabia que invaden mi cuerpo como si estos fueran sangre corriendo por mis venas me cuesta encajar las llaves, al lograrlo cierro de un portazo apoyándome en la puerta, me mantengo unos segundos quieto tranquilizando mi respiración, camino hacia la habitación sentándome en la cama apoyando mis codos en las rodillas y tapando mi rostro; en un acto de impulsividad me levanto y comienzo a golpear la pared repetidas veces hasta sentir como mis nudillos empiezan a arder de a poco dejando algunas manchas de sangre en la pintura, doy una última palmada con rabia para apoyar mi espalda en esta y terminar sentado en el suelo, dejo caer todas las lagrimas que me aguante y lloro sin temor alguno, lloro como nunca en la vida he llorado, dejo botar todo.

- Todo es mi culpa – estiro mis piernas – no te quiero perder.

Duro minutos en la misma posición, enojado tiro la diadema con las orejas de conejo hacia un lado y me levanto para cambiarme, agarro lo primero que veo y sin pensarlo dos veces sostengo mi celular junto al casco, camino al primer piso, tomo el pomo de la puerta pensando si lo que hare esta bien pero en estos momentos es lo ultimo que me importa, camino hacia el estacionamiento y saco mi moto; me marcho a toda velocidad sin fijarme mucho en las calles solo quiero llegar a algún lugar donde se me olvide la estúpida noche que estoy pasando.

Inefable CambioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora