La curiosidad puede llegar a provocar algunos cambios como los que pasaron Alya y Kalen quienes no se soportan pero la curiosidad por saber del otro los lleva a lidiar por diversas situaciones y sentimientos.
• Alya es una chica extrovertida pero c...
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Son las 12pm y ya estoy acostada esperando a que el sueño caiga, tranquilamente reviso mis redes sociales cuando recuerdo la imagen que nos sacó Ana, rápido me meto al WhatsApp topándome con el numero desconocido de los primeros así que la agrego y luego me meto al chat, aprieto la imagen esperando a que se descargue por completo y cuando la hace, miro detalladamente cada parte de la foto, se me sale una sonrisa inconscientemente.
Se ve claramente como los dos disfrutamos de esa cercanía, la foto es preciosa, ambos salimos de perfil y puede sentir tranquilidad al verla, la admiro por segundos y termino guardándola en mi galería agregándola a favoritas.
- ¡Alya estoy preocupada! – Saba entra rápido a mi habitación con cara de preocupada.
- ¿Qué pasa? ¿Por qué? – dejo el celular de lado y me siento apoyando mi espalda en la cabecera acolchada.
- Nick no me contesta las llamadas y ya lleva más de tres horas afuera, además se llevó el auto – se sienta en la punta de mi cama y su pierna comienza a moverse de arriba hacia abajo repetidas veces.
- ¿Qué? – me paro rápido - ¿no te contesta o sale que está apagado? – agarro mi celular para ver el contacto de Nick
- No me contesta, me manda a buzón de voz -se levanta quedando al frente mío mostrándome todas las llamadas que realizo y mínimo son unas 15.
- Okey primero tranquila – me acerco para llevarla a mi cama nuevamente y sentarla – yo vere si puedo sacarle la ubicación de Nick.
En estos momentos agradezco al primo de Elena que ama la tecnología, tanto a mi como a ella nos enseñó muchas cosas y una de ellas fue sacar la ubicación en caso de emergencias. Me meto a mi celular buscando el contacto de Nick y sacando datos para revelar donde está, me demoro unos 30 minutos hasta que por fin lo encuentro.
"Red-Heart Bar"
Lo leo confundida, me acerco a Saba que no ha parado de mover su pierna, le coloco el celular en sus manos para que lea el nombre del lugar, lo observa por unos segundos hasta que se para rápido y me mira angustiada.
- Se donde queda, vamos – camina hacia mi puerta.
- ¡Espera! – le agarro el brazo - ¿tenemos auto?.
- No pensé en eso – muerde una de sus uñas totalmente nerviosa - ¿Qué hacemos?.
Pienso por algunos segundos hasta que una idea me ilumina y no sé qué tan bien resulte, pero en estos momentos es la única accesible.
- Tú quédate tranquila que yo me encargo, si resulta te llamare.
Saba asiente y se marcha de mi habitación, yo me acerco al armario agarrando un polerón para abrigarme, entro a mis contactos buscándolo, agarro las llaves para cruzar la calle y esperar al frente de su puerta, decido no tocar para no molestar a nadie en caso de que estén sus padres o Ana.
