All My Nights Taste Like Gold [RYEJI]

[The Start]

NOW

Son solo las 10 pm y Yeji ya está considerando cuáles son sus posibilidades de escabullirse sin ser detectada.

Normalmente, Yeji está bien con las fiestas, pero eso es cuando son más pequeñas e informales y Yeji no solo conoce a la mayoría de los presentes, si no a todos. En este momento, probablemente solo pueda nombrar a unas diez personas de las muchas, muchas personas que se apiñan en el apartamento de Lisa y Jennie.

El cumpleaños de Lisa es uno de los primeros del año escolar, cuando la gente está emocionada de volver a la universidad de fiesta después de pasar las vacaciones de invierno en sus ciudades natales lejos de sus amigos, y sumado al hecho de que Jennie es una mariposa social cuyos amigos son como todos, eso tiende a resultar en el tipo de fiesta salvaje y animada que Yeji generalmente se esfuerza por evitar.

Desde la cocina, Yeji oye un estruendo, seguido del sonido de cristales rotos y muchos gritos. No envidia a Lisa, Jennie ni a quienquiera que le pidan que ayude a limpiar mañana.

Ella mira la hora en su teléfono de nuevo. Las 10:02 pm aparecen en su pantalla, casi burlonamente, y ella suspira. Al menos la música es buena, aunque eso es un hecho considerando que la mitad de las personas en el apartamento probablemente se estén especializando en algo relacionado con la música. Ella tomó una cerveza, dos tragos combinados y un trago que Jennie le impuso en el segundo en que cruzó la puerta antes como una especie de tarifa de entrada, lo cual es suficiente para darle un agradable subidón y atenuar su habitual incomodidad leve con situaciones sociales tan grandes como esta al mero ruido de fondo, pero no demasiado como para que la habitación haya comenzado a girar y esté viendo a más de un Ryujin avanzando hacia ella.

"Hola" dice Ryujin cuando llega al sofá que Yeji ha ocupado, entregándole una de las dos bebidas que lleva. "Perdón por haber tardado tanto, hubo un problema en la cocina. Alguien apostó con Minjeong que no podía beberse la cerveza de un trago mientras hacía el pino, y bueno, ya sabes cómo es ella. Se lo tomó como algo personal."

Yeji se hace a un lado para que Ryujin pueda sentarse a su lado, y la presión es tan fuerte que sus muslos quedan apretados. Yeji se alegra de llevar vaqueros, agradecida por la barrera, por frágil que sea, que separa su propio muslo de la zona de piel que han dejado al descubierto los diminutos pantalones cortos de Ryujin.

Habían llegado a la fiesta por separado: Yeji con Giselle y luego Ryujin una hora más tarde, siendo Lia y Chaeryeong las terceras en la fila. Perdió el rastro de Ryujin por un rato después de sus saludos iniciales, y la vio algunas veces entre la multitud, siempre conversando con un grupo de al menos otras tres personas.

Así es Ryujin. Mientras Yeji prefiere observar desde la barrera, Ryujin prospera siendo el centro de atención. Sabe cómo hablar con la gente, cómo iniciar conversaciones y mantenerlas fluidas, como dar una vuelta por la sala y regresar con tres números de teléfono y al menos un nuevo amigo.

En el papel, sus personalidades contrastantes probablemente no deberían funcionar. Pero en la práctica, Ryujin constituye la otra mitad perfecta de su dinámica. Ryujin siempre ha sido capaz de hacer que Yeji salga de su caparazón, sosteniéndola de la mano todo el tiempo, y Yeji siempre es la que le da estabilidad a Ryujin cuando su cabeza está en las nubes, dándole la bienvenida a la tierra con los brazos abiertos. Sol y luna. Noche y día. Yin y yang.

Finalmente, Ryujin la encontró en la cocina, rescatando a Yeji de una Jennie particularmente ebria que estaba tratando de convencerla de probar un poco del Jungle Juice 'hecho a medida' que es de un sospechoso tono de rosa. Se mezclaron por un tiempo, charlando con una Lisa aún más borracha, antes de que otros amigos se la llevaran, vieron a Yunjin y Chaewon destruir por completo a algunos chicos que Yeji no conoce en beer pong, tomaron un poco de aire en el balcón con Chaeryeong y Lia hasta que su poco sutil follada visual se volvió un poco demasiado incómoda de presenciar, y ahora están aquí, semi-escondidas en uno de los sofás en la esquina de la espaciosa sala de estar de Lisa y Jennie.