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Era un día tranquilo y corriendo en la pacífica Isla Angel

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Era un día tranquilo y corriendo en la pacífica Isla Angel. El sol brillaba, las aves cantaba sus melodía mientras un erizo azul era perseguido por un hombre de buen bigote disparándole rayos láser...

"La costumbre".

—¡Nunca me atraparás Calvito!

–¡Eggman, es Eggman, cuantas veces tengo que repetirlo erizo metiche!–protestó el mencionado volando en su eggmovil.

Esta mañana Eggman había ido al correo a recibir un paquete que esperaba hace dos meses precisamente; fue una lastima que cierto "erizo" lo intentara ayudar a carga la caja.

Haciendo que en el acto cayera al suelo. Por supuesto Sonic prometió comprarle nuevos jarrones para su jardín de peishu, sin embargo no fue suficiente para Eggman y mandó a destruir la villa con sus robots.

–¿Sabes que literal te llamas a ti mismo hombro huevo no?

–Ese no es asunto tuyo. Pero este si

Logró darle un láser cerca de su pies, Sonic reaccionó rápido a tiempo, volvió a tener equilibro evitando caer, corrió en dirección a Villa Erizo. Justo donde comenzó todo.

Ahí se encontraban sus amigos combatiendo con los robots de Eggman. Estaban por terminar cuando el escoltado llegó dando unos spid Dash acabando con los últimos androides.

–¡Oye, esos eran míos!–bramo Stickers con su palo en mano.

–¿Espera, tuyos?–el edquina aplastó un mastis-Bot–Creían que eran míos

–Ya no importa de quiénes eran–intervino la eriza rosada–Ya se acabo el show–miro al azul–Y tú Sonic no vuelvas a cargar cajas que no te pertenecen.

–No es mi culpa, las manos de Eggy son tan frágiles como sus bosos jarrones–se cruzo de brazos molesto.

–Y aún me lo debes–apareció por detrás del equipo–Te enviaré la factura por gmail.

Antes que pudiera decir algo más Sonic lo mando a volar con un spid Dash

–Lo que ganas por ser buena gente con Eggam–Hablo Tails, ajustado su cinturón.

–Si, como sea...¿Quien quiere una Meg burguer para celebrar?

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–Chicos, ¿han escuchado que la calle Conejo 156 y 157 ya tiene nuevo dueño?–menciono Amy dándole un sobor a su bebida.

–Creía que no existían–arqueo una ceja el zorrito amarillo.

–Bueno, se supone que no existe debido a que nadie quería comprar ahí porqué está más dejos de la villa

–¿No es la que está cerca de por la colina y más dejos de la casa de Tails o si?–hablo Sticks con la boca llena.

–¿Y cómo sabes que tiene nuevo dueño Ames?

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