𝙔 𝙣𝙪𝙣𝙘𝙖 𝙨𝙖𝙗𝙧á𝙨 𝙘𝙪á𝙣𝙩𝙤 𝙧𝙚𝙖𝙡𝙢𝙚𝙣𝙩𝙚 𝙢𝙚 𝙜𝙪𝙨𝙩𝙖𝙨𝙩𝙚. 𝙋𝙤𝙧𝙦𝙪𝙚 𝙣𝙞 𝙨𝙞𝙦𝙪𝙞𝙚𝙧𝙖 𝙩𝙚 𝙡𝙤 𝙙𝙞𝙟𝙚

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No hay razón en mi cabeza desde aquel día.
Divagando, con tajos en mis brazos, encuentro extremadamente curioso lo impensable
y aún así contemplo con más atención lo tangible de tus ojos.

Me envuelvo siempre en la espera de un futuro que conozco y me enajena.
Mis sueños inquietos abruman el ayer, el hoy y el mañana, sin embargo...
Aún enferma y distanciada de todo, de los colores que se comprenden y las formas que
se entienden...
Aún alejada del mundo terrenal, sé que quiero entenderte.
tal vez comprenderte más allá de lo entendible.


Así como observo el jardín y deseo quedarme ahí, anhelo quedarme en ti.

-Frieden

Jardín MoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora