Los días son iguales:
Despierto y tengo que corroborar que no estoy dormida, mis manos me resultan extrañas.
Mi cuerpo me parece extraño, ajeno, demasiado desconocido.
Observo mi reflejo y no me reconozco, escucho las voces de quienes me reconocen y vuelvo a desconocer todo.
No me encuentro; no me entiendo. No los entiendo.
Me DES-nudo de un cuerpo ajeno y REALIZO un chequeo de mi realidad.
Nada es real...
-Frieden