KYKY ⋆ omar courtz.

Capítulo tres.

Aguadilla, Puerto Rico. 🇵🇷
21 de junio del 2024.
4:00 AM.

˗ˏ 🧞‍♀️ [ " N O P U E D O " ] 💞 *ೃ
Narrado.

Omar no se había podido separar de la nena en el resto de las canciones que siguieron sonando, ella tampoco parecía querer separarse de él. La seguía abrazando por el cuello desde su posición, adueñándose de ella, marcando un territorio inexplorado delante de las demás personas.

No sabía cómo decirle que quería llevársela a casa, por alguna razón estaba nervioso y la nota que tenía encima no lo ayudaba en nada. Ella emanaba algo que él no sabía explicar, algo que le daban ganas de mantenerla cerca.

—Escúchame, mami... —le habló al oído en un susurro ronco, dándose cuenta de cómo la piel de la nena se erizaba contra él—. ¿Tú estás sola? ¿No se forma un problemón si te llevo conmigo?

Kimberly sonrió al escucharlo, Omar agradeció que lo había entendido - estaba comenzando a creer que era gringa porque no había escuchado su voz. La rubia sintió una leve sensación de familiaridad, como si lo conociera.

¿Conocía esa voz? ¿Dónde la había escuchado antes? Con el acento boricua era normal sentir que en su mayoría hablaban igual, pero esa voz... Era distinta, ella la conocía.

En medio de tanto humo y ruido se le era casi imposible pensar, no quería hacerlo tampoco. Él le había dicho si quería irse con él, y quería, no podía perder el tiempo - sabía a lo que el nene se refería, no le costaba nada complacerlo.

—Mira, si me dejas avisarle a mi hermana, sí te puedo acompañar —ella había echado su cabeza hacia atrás para que él pudiera escucharla.

Omar no pudo controlarse con tal cercanía, le dio un impulsivo beso en el cuello que la hizo erizarse una vez más. La rubia se volteó para verlo de frente, todavía no quitaba esa sonrisa ladina de su rostro que la hacía verse aún mejor.

—¿Quieres que vaya contigo, mami? —le preguntó él desde su altura, había bajado el brazo con el que ma abrazaba hasta su cintura—. Si me reconoce jurau' te dice que sí.

Kimberly alzó sus cejas ante aquel comentario, soltando una inevitable risa genuina, una risa que él pareció no entender. Quiso decirle algo, pero la rubia fue más rápida al tomarlo de la mano y comenzar a caminar entre la gente, eso era un sí.

Omar no podía negar que ya habían personas que lo reconocían, que lo miraba de reojo al pasar por el puesto que se estaba ganando en la industria. Tenía claro que debía cuidar su reputación, que no podía dejar verse por ahí así como así.