¿Lily?

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El-que-no-debe-ser-nombrado hacía minutos que había abandonado la casa de la familia Potter.
Severus Snape gracias a su condición de mortifago apareció delante de la puerta de esta misma casa sofocado, con miedo, sabía que algo horrible había pasado, lo intuía.

Corrió como pudo abriéndose paso por la casa casi derruida escaleras arriba, dónde pensó que podía encontrarse el problema, ya que no paraba de escuchar a un bebé llorar.

Al llegar y ver la trágica escena su corazón dió un vuelco y no pudo evitar caer de rodillas al suelo, junto al cuerpo de su muy amada Lily Evans, o desde hace ya un tiempo, Lily Potter.

Agarró una de sus manos, mientras notaba lágrimas caer por sus mejillas y la apretaba con fuerza, esperando recibir otro apretón como respuesta, pero ella no movía los dedos, no apretaba su mano...

Estaba fría.

La miraba a la cara, la acariciaba, no sabía que hacer, ella no respondía.

Apoyó una mano en su pecho, esperando sentir su respiración, pero nada ocurría, estaba muerta, definitivamente.

Al levantar la mirada Snape se fijó en su cuerpo, en su barriga, como una de las manos de Lily estaba apoyada en ella, y la vió algo abultada, hinchada y decidió poner la mano también.

Podía sentir algo, algo que daba pequeñas patadas.

Eso lo hizo llorar aún más.

- Oh... Lily...

Cogió a la mujer entre sus brazos y la mantuvo entre ellos hasta que Dumbledore llegó a la casa de los Potter.

- Severus.

- ...

- Severus tenemos que llevarnos el cuerpo, no podemos dejarla aquí, ya lo sabes.

- Albus... - decía este aferrándose al cuerpo sin vida de Lily.

- ¿Qué pasa Severus?

- Lily... Lily está embarazada, el bebé aún vive, lo he notado, tenemos que salvarlo.

- La llevaremos al hospital, no te preocupes, haremos todo lo posible por salvarlo. - decía Dumbledore mientras se agachaba y posaba su mano en el hombro de Snape, para que este lo mirara.

Snape apartó la mirada de Lily para ahora mirar a Dumbledore, que lo miraba con incertidumbre.

- Sé que es duro Severus, muy duro, pero saldrás adelante, tenemos que derrotar a Voldemort. Ahora más que nunca debemos hacerlo, por ella.

- Si el bebé sobrevive... quiero ser su tutor, quiero adoptarlo, por favor Albus.

- Severus, no sé si es buena idea, acabas de... bueno, no creo que hacer las cosas en caliente sea lo mejor, es una gran responsabilidad, lo sabes.

- Lo sé, pero es lo único que me quedará de ella. - dijo Snape dejando cuidadosamente a sus compañeros recoger el cuerpo que tenía en sus brazos. - Además, creo... puede ser mío, hay... hay una posibilidad.

Dumbledore lo miraba confundido.

- ¿Qué me quieres decir con eso Severus?

- Ella... ella y yo nos vimos hace unos meses, antes de que todo esto fuera a peor, yo quise avisarla de la situación, decirle que estaba en peligro... - Snape tragó saliba.

- ¿Se lo dijiste?

- Sí, aún sabiendo las consecuencias que habría después de eso. Ella no me creyó del todo pero después de explicarle el plan de ya sabes quién y todo lo que iba a pasar en estos meses creo que entró en razón. - Severus apretó entre sus brazos a Lily.

La hija de Snape Donde viven las historias. Descúbrelo ahora