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- Julián sintió que su corazón se aceleraba. Justo en el momento en que se preparaba para hablar con Margarito, Paula apareció, rompiendo la atmósfera que había construido.

—Solo estábamos ensayando un poco —respondió Christian, tratando de sonar casual mientras lanzaba una mirada a Julián.

Julián se sintió un poco aturdido, sin saber cómo actuar frente a Paula. Su mente se quedó en blanco, y por un momento, no encontró las palabras.

—¿Ensayando? ¿Para una nueva canción? —preguntó Paula, acercándose a ellos con curiosidad.

—Sí, algo así. —Julián tartamudeó, sintiéndose incómodo.

Paula se sentó a su lado, notando su nerviosismo.

—¿Y de qué trata? —su mirada era inquisitiva, pero amistosa.

—Es un trabajo en progreso —intervino Christian, salvando la situación—. Julián está buscando algunas letras que le inspiren.

Julián se sintió aliviado al escuchar a su amigo. La forma en que Christian desvió la atención le permitió recuperar un poco de compostura.

En el pasillo de la facultad, el sonido de música animada resonaba mientras Alex y Manuel practicaban unos pasos de baile para las audiciones del estudio de teatro con movimientos enérgicos y sonrisas en sus rostros, se dejaban llevar por la música, disfrutando cada momento.

Margarito, al pasar cerca, no pudo evitar detenerse y observarlo, la química entre los dos era palpable, y verlos bailar le recordó lo divertido que era el teatro, decidió acercarse, intrigado por lo que estaban haciendo.

—¡Hey, chicos! —saludó, sonriendo—. ¿Qué tal va eso?

Alex, al notar su presencia, se detuvo y le lanzó una sonrisa amplia.

—¡Margarito! Ven a ver. Estamos practicando para las audiciones, y creo que hemos encontrado una rutina genial.

Manuel, por su parte, ajustó su camiseta y se río.

—Sí, pero necesitamos más espectadores. ¡Tu opinión es importante!

Margarito se sintió halagado, así que se acomodó a un lado y observó mientras se preparaban para comenzar de nuevo. La música sonó otra vez, y los dos comenzaron a moverse al unísono, mostrando una sincronización impresionante.

Sus pasos eran alegres y fluidos, y Margarito no pudo evitar sonreír al ver cómo se divertían. La energía que emanaban era contagiosa, y en ese momento, se sintió más conectado al ambiente del teatro que nunca.

Cuando terminaron, Alex se acercó, respirando con dificultad, pero sonriendo.

—¿Qué te parece?

—¡Increíble! —respondió Margarito, entusiasmado—. Tienen una gran química en el escenario.

-Gracias, es de la presentación que harán para teatro y ¿vos que harás? -pregunta Manuel haciendo que Margarito se quede pensando.

-Tal vez, una canción, así que espero pasar-responde Margarito sonriendo.

-Si, espero por que solamente vos sos el único que de todos puede ganar a Jana-comenta Alex haciendo que los demás rían un poco.

En los pasillos se encontraba Paula leyendo un libro con una sonrisa.

—Oye, Paula —dijo Jana, bajando la voz como si compartiera un secreto—. He escuchado algo interesante.

Paula la miró con desconfianza, cruzando los brazos.

Yo soy Margarito.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora