El amor es una conexión profunda que trasciende lo tangible, un lazo invisible que une a las personas en un nivel emocional, espiritual y, a veces, incluso físico. Es un sentimiento que se experimenta en múltiples formas como en la ternura de una mirada, en la calidez de un abrazo, en el apoyo incondicional durante momentos difíciles. Es el deseo de bienestar para el otro, a veces incluso por encima del propio.
En su forma más pura, el amor no espera, simplemente es. Es un reconocimiento mutuo, un espacio seguro donde se puede ser uno mismo sin miedo a ser juzgado, una fuerza que nutre y crece a través del tiempo, incluso cuando todo lo demás cambia.
O al menos eso era lo que Penelope creía que era el amor. Los libros que alguna vez llenaron su corazón lo relataba de esa manera. Un amor tan puro, que se volvía trascendental. Y sin embargo, ahí estaba ella siendo de nuevo una flor de pared invisible para todos.
Penelope se encontraba sola en su habitación, el silencio pesado envolviéndola como una manta que ahogaba sus pensamientos. La discusión con Eloise había dejado una grieta en su corazón, una que palpitaba con el dolor de la incomprensión, pero lo que más le dolía no era la distancia nacida entre ellas, sino las palabras de Colin que, sin saberlo, habían caído sobre su alma como afiladas cuchillas.
Él, el hombre a quien había amado en silencio durante tantos años, la había reducido a un susurro insignificante en medio de su vida. Esas palabras, pronunciadas con despreocupada ligereza, se habían incrustado en su pecho como espinas en la piel.
Se sentó en el borde de la cama, su vestido aún húmedo de las lágrimas que había derramado sin consuelo. Sentía como si su pecho estuviera cerrado por un nudo invisible, uno que la ahogaba, que le impedía respirar profundamente. Cada inhalación se convertía en una lucha, cada exhalación, una liberación momentánea de la angustia. Y sin embargo, no podía llorar a gritos. Su llanto era sofocado, contenido por las reglas tácitas de decoro que su propia madre le había inculcado desde niña.
Llorar abiertamente era una debilidad, y Penelope ya estaba cansada de ser vista como alguien débil.
La puerta se abrió en silencio, apenas un crujido que rompió la quietud de la estancia, y la figura de su doncella se deslizó dentro. Penelope no levantó la cabeza, no podía. La vergüenza y el dolor eran demasiado grandes, y en ese momento, más que consuelo, buscaba el aislamiento.
La nueva doncella se acercó en silencio, sus pasos amortiguados por la alfombra, pero no dijo nada. Penelope sintió su presencia, cálida y cercana, como una sombra protectora que comprendía su sufrimiento sin necesidad de palabras. Durante largos minutos, las dos mujeres permanecieron así, la una frente a la otra, compartiendo una tristeza que no necesitaba ser explicada.
Finalmente, la doncella se retiró con la misma discreción con la que había entrado, dejando a Penelope sola una vez más. La joven no movió un músculo hasta que escuchó el leve clic de la puerta al cerrarse. Solo entonces se permitió inhalar profundamente, pero en lugar de alivio, ese aire llenó su pecho de un dolor más agudo. No podía escapar de él. Era como si Colin estuviera allí, en la habitación con ella, su voz aún resonando en su mente, burlándose de sus sentimientos más profundos.
–Estás loco? Nunca soñaría con cortejar a Penélope Featherington. Ni en tus sueños más locos, Fife.–
Penelope se levantó lentamente, sintiendo que sus piernas apenas podían sostenerla.
Con sutileza se acercó a la ventana, su refugio habitual en las noches solitarias, y apartó ligeramente las cortinas de seda, mirando hacia el jardín bajo la luz menguante. La velada seguía en su apogeo. Las risas lejanas, los fuegos artificiales iluminando el espacio y el murmullo de voces llenaban el aire, como si el mundo siguiera girando ajeno a su sufrimiento. Y allí, entre las sombras, lo vio a él.
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Un recuerdo llamado "Nosotros"
Historical FictionEl amor es liviano, lleno de planes, de futuros imaginados y de promesas hechas con la confianza de que habrá un mañana para cumplirlas. o al menos eso era lo que pensaba Penelope. Todo en lo que ella creía se ve desmoronado ante el reto que la vid...