Un recuerdo llamado "Nosotros"

Capitulo 5

Eloise caminaba de un lado a otro en su habitación, con el ceño fruncido y el corazón pesado. Los días que habían pasado desde que descubrió el secreto de Penelope habían sido una mezcla de confusión, ira y tristeza. ¿Cómo era posible que su mejor amiga, la persona en la que había confiado más que en nadie, fuera la famosa Lady Whistledown? La autora del panfleto que había expuesto las intimidades de tantas personas, incluida su familia. Cada vez que lo pensaba, sentía un nudo en el estómago. Había creído conocerla, compartir con ella más que una amistad, un vínculo que casi podía llamarse hermandad, y ahora todo se sentía como una mentira.

Se dejó caer en una silla junto a la ventana, observando el suave mecer de los árboles en la distancia. El viento movía las hojas de los robles y arces alrededor de Aubrey Hall, pero la paz del paisaje contrastaba con la tormenta que rugía en su interior. Cerró los ojos y apretó las manos sobre su regazo. A pesar de su enojo, una parte de ella sentía una punzada de orgullo por Penelope. El éxito que había logrado como Lady Whistledown no era algo pequeño. Era admirable, en cierto modo. Eloise siempre había admirado la inteligencia y astucia de su amiga, y ahora entendía por qué había sido tan brillante en mantener una fachada tan impecable. Pero el orgullo no era suficiente para contrarrestar el dolor. Cada vez que lo intentaba, el peso de la traición volvía a hundirla.

—¿Cómo pudo hacerlo? —susurró, casi para sí misma.

Los días pasaban como una neblina.

Anthony y Kate estaban en medio de los preparativos para su boda, una ceremonia simple y sin ostentación, justo como ambos querían. La boda tendría lugar en Aubrey Hall, la residencia de la familia Bridgerton. No sería el típico evento grandioso de la temporada social londinense, y eso era un alivio para Eloise, quien no tenía el ánimo para soportar fiestas ni multitudes. A pesar de la importancia del evento, Eloise se encontraba demasiado inmersa en sus propios pensamientos como para ayudar en los preparativos. Kate había intentado hablar con ella, preguntándole si quería colaborar, pero Eloise se había excusado con una sonrisa tensa y algunas palabras vagas sobre estar ocupada.

La verdad era que no podía concentrarse en nada más. La revelación sobre Penelope consumía todos sus pensamientos. Recordaba con dolor las innumerables conversaciones que habían tenido sobre Lady Whistledown, riendo juntas al imaginar quién podría ser la misteriosa escritora, desconociendo que todo el tiempo la respuesta había estado justo frente a ella. Y lo peor no era solo el secreto en sí, sino las cosas que Penelope había escrito en el panfleto. Secretos de la alta sociedad, sí, pero también cosas que habían afectado a su familia, que habían sido demasiado cercanas y personales.

Una tarde, mientras paseaba por los jardines de Aubrey Hall, recordaba una conversación en particular que habían tenido hacía meses. Penelope le había confiado sus inseguridades, sus miedos de nunca encontrar su lugar en la sociedad. Eloise había sentido empatía, compartía muchos de esos sentimientos. Ahora, sin embargo, todo aquello se sentía contaminado. ¿Había sido sincera Penelope en esas palabras, o simplemente había estado jugando un papel, una pantalla para ocultar su verdadero yo?

—Me duele, Penelope —dijo en voz baja, mirando al suelo—. Me duele tanto.

Se detuvo, y su respiración tembló. Eloise sentía una profunda tristeza que iba más allá de la traición. Era como si una parte de su juventud, de su confianza en los demás, se hubiera roto para siempre. Quería perdonar a Penelope, lo deseaba de verdad, pero cada vez que lo intentaba, su mente volvía a las palabras que había leído en los panfletos de Lady Whistledown. Secretos que nunca debieron haber sido revelados. Burlas disfrazadas de ingenio. Y aunque Penelope no había escrito nada específicamente dañino sobre ella, el hecho de que lo hubiera hecho sobre tantas otras personas la llenaba de dudas.