Capítulo 4

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¿IRAS A LA FIESTAS, BRIDGET?

La primera vez que Bridget escucho sobre la academia Crawford fue cuando tenía catorce años, recién cumplidos, y estaba en la cafetería de su escuela. Ahí en ese lugar la comida era grasosa, como si lo hubieran hervido con un poco más de lo necesario de aceite, y no del vegetal. No obstante, también había alguna otra cosa saludable: agua y ensalada, que era precisamente lo que eso estaba comiendo, solo que, en vez de agua, jugo de manzana. Mientras que las personas que estaban en la mesa de atrás, estaban comiendo alitas de BBQ y algunos una bebida energética.

En lo personal no le gustaba ningún tipo de comida que tuviera BBQ, lo detestaba demasiado por su sabor. Había personas que lo amaban y que bañaban el pollo frito en esa salsa, como su padre, por ejemplo. En algunas ocasiones solía ver los partidos con alitas de BBQ y latas de cerveza. Era como un hábito, que cada vez que veía algún partido siempre tenía que comer alguna comida rápida o frituras con sus latas de cerveza. A veces se acaba cuatro. A veces se acababa más de cuatro.

-¿Han escuchado sobre la academia Crawford? -Inquirió la chica que estaba detrás de ella. Nunca había llegado hablar alguna vez con ella a pesar de que estaba en su clase, pero sabía que se llama Carla y era pelirroja, con ojos avellana y su figura era delgada. Carla solo tomaba agua y alguna fruta en la hora del almuerzo, quizás por eso no había ningún tipo de grasa en su cuerpo.

Una vez escucho hacía mucho ejercicio y siempre comía todo tipo de comida saludable.

-¿De qué hablas chica? ¿Academia Crawford? -Escuchó preguntar bastante confundido uno de los chicos sentados en esa mesa. A diferencia de Carla, el chico no estaba en ninguna de sus clases, pero, aun así, lo conocía: se llama Kevin y era castaño, bajito y utilizaba lentes de contacto, solo para no sentirse un nerd. Aunque de nerd solo le faltaba el cerebro, que en pocas palabras sería todo.

-Sí. Es la academia más prestigiosa, privada y respetable de Londres. Hijos e hijas de personas muy importantes asisten a esa academia y dicen que todos de ahí son muy inteligentes -explicó. -¿Recuerdan ese empresario importante que se llama William Lockwood? Bueno, sus dos hijos estudian ahí y el chico es todo un bombón. Miren.

-¡Vaya! Que guapísimo es, pero en cada foto se le ve muy serio. ¿Alguna vez sonríe? -comentó una chica. No estaba segura de su nombre y no asistía a ninguna clase suya, aun así, no le interesaba saberlo.

Carla se hecha a reír.

-Parece que no.

Bridget seguía comiendo de su ensalada, mientras escuchaba la conversación de ese grupo de populares. Todos los que estaban ahí tenía alguna reputación mala y escandalosa. Una vez encontró a Carla besándose con un chico en los baños, para su mala suerte la puerta no se cerraba bien y ella tuvo la desdicha de entrar, lo que más se sorprendió era que ese chico se trataba de Kevin. Que eran mejores amigos desde pequeños.

Nadie sabe sobre eso, ni siquiera sus demás amigos de ese grupito y dudaba que lo supiera su novia, Samantha; así se llamaba. Solo Kevin, Carla y... ella.

-Y sobre lo que más hablaban en las redes es que cualquier estudiante en esa academia tiene un pase asegurado a Oxford, si así lo desea.

Justo ese dato fue lo que hizo que un destello de interés cruzara por su rostro, su sueño era entrar a esa universidad y salir adelante, dejar de vivir en la miseria y construir un buen futuro. Y si entraba a la academia Crawford, sería un cien por ciento seguro de que entraría a Oxford, no un noventa, ochenta, o noventa y nueve por ciento... sería un cien por ciento.

La Máscara de la JerarquíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora