009 ⁃ the beginning of the end

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₊ # ᶜʰᵃᵖᵗᵉʳ ⁹

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Era de noche y llovía, como todos los días a los que su madre se le ocurría torturarla. Alaska estaba sentada en la esquina de su cuarto negro por la oscuridad, escondiendo su rostro entre sus rodillas tratando de ignorar los gritos de sus padres. Los golpes de objetos a las paredes o los insultos constantes de ambos adultos. Cerraba los ojos con fuerza deseando estar en otro lugar que no fuera ese, tratando de recordar historias leídas hace tiempo en sus libros, pero era imposible ignorarlo y fingir al día siguiente que no pasaba nada. Los tres sabían lo que ocurría.

La puerta se abrió de golpe haciendo que se golpeara la cabeza. Era su padre, quieto en el marco de la puerta buscándola con la mirada.

— ¿Papá? –se levantó frotando la frente medio mareada de detrás de la puerta. Su padre se sorprendió al encontrarla tan escondida, pero pronto esa expresión de sorpresa se reemplazó por unos ojos dulces llenos de lágrimas que la miraban con ternura.

— Ali... – dijo con un suspiro débil. Se agachó frente a ella para estar a su altura y la tomó de ambos brazos tan fuerte que Alaska se asustó al notarlo– Papá...papi tiene que irse...

— ¿A dónde? Quiero ir contigo –dijo la pequeña temerosa al notar como una lágrima se deslizaba por la mejilla de su padre. Nunca lo había visto llorar.

— No...no puedes hacerlo –su voz era apagada, hablaba bajo como tratando de que su mujer no lo escuchara.

Fuera de la habitación, el ruido de vidrios estrellándose contra la pared era lo que rellenaba el silencio cuando su padre se callaba y solamente se limitaba a observar a su hija con ojos tristes, miraba cada detalle de su rostro, cada lunar, cada peca creada por el sol, trataba de grabarlo en su memoria.

— ¿Por qué no? No me dejes aquí.

El hombre no dijo nada, sus lágrimas dejaron de salir y sus ojos quedaron fijos en alguna parte del rostro de Alaska. Se levantó, la miró por unos segundo con la expresión más fría y cruel que un humano podía crear y salió por la puerta.

Alaska quería ir trás él, quería saber qué sucedía, ¿Por qué su padre se iría sin ella?¿Por qué esa conversación tan inusual? Quería tomarlo de la mano y no soltarlo nunca, pero no podía, sentía sus pies pegados al suelo, inmóbil. Lo único que logró ver por la puerta entreabierta fue a su padre tomando las valijas que había dejado en la puerta de su habitación antes de entrar, y desde la cima de las escalera, mirarlo bajarlas hasta la puerta de entrada sin voltear un segundo en verla, sin siquiera despedirse. Sin decir nada.

FAIRY TALE ──carl grimesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora