Impossible Remains [MDZS]

Capítulo 9: Tether

"Amarre."

El punto de vista de Lan Xichen

— ¿Estás seguro de que Shangqiu Wu y Ouyangs podrán mantener Zhengzhou?

Mingjue frunció el ceño y volvió a estudiar el mapa.— Creo que sí... Los Jins siempre pueden enviar refuerzos... Si se molesta en aparecer.

Xichen tarareó sin comprometerse. Ambos seguían preocupados por eso. Muchos lo estaban.

— La mayoría de las sectas que visité ya han llegado. Muchas otras además. Nanning incluso llegó esta tarde. La distancia que recorrieron es al menos cinco veces la distancia que los Jins tendrían que recorrer... y sin embargo ni siquiera hemos recibido un mensaje de ellos...

Nie Mingjue frunció el ceño.— Bueno, todavía están allí. Establecí una cadena de señales desde aquí hasta Lanling. Si algo le sucede a la Torre Koi, lo sabremos en una hora.

Xichen suspiró y se frotó el puente de la nariz.— Es como temíamos entonces. Está usando la ocupación del paso Qiongqi como excusa para evitar asistir.

— ¡Ni siquiera necesitan acercarse al paso! ¡Podrían venir por Jinan o bordear la costa! ¡No es excusa alguna!

Xichen asintió y Mingjue miró hacia otro lado, por la ventana, con una mirada distante en sus ojos.— La mayoría de las personas no cambian y una rata en particular, siempre seguirá siendo una rata.

Xichen estaba a punto de responder que tal vez solo estaban esperando el momento oportuno, con la esperanza de que los Wen se fueran y pudieran viajar de forma encubierta... Aunque estaba descubriendo que ese optimismo estaba a punto de apagarse en su garganta antes de que siquiera llegara al aire. Esperaba, rezaba, que asistieran a la reunión. Aunque solo fuera para dar la mejor muestra de poder y resistencia a las sectas más pequeñas, pero incluso si el juego no estuviera en contra de las reglas en Cloud Recesses, aún así no habría apostado dinero a que ese deseo se hiciera realidad.

Xichen suspiró, a punto de dirigir la conversación de nuevo hacia la fortificación de Zhengzhou, cuando notó que Mingjue tenía una pequeña mirada perpleja en su rostro, todavía mirando por la ventana.

Xichen también se giró, viendo que había una pequeña conmoción afuera, y un discípulo estaba corriendo por el patio hacia ellos.

Mingjue se puso de pie en un instante, caminó hacia la puerta y gritó — ¿Problemas? — desde la puerta abierta al discípulo antes de que hubiera recorrido dos tercios del patio, Baxia ya estaba siendo convocada en su mano desde su soporte junto al trono.

El chico se sobresaltó, vaciló en su carrera, casi tropezó, pero logró contenerse. Se detuvo cuando estaba unos pasos más cerca y sacudió la cabeza, la tensión desapareció de sus hombros y de Mingjue al instante. Aunque todavía estaban nerviosos. La ausencia de problemas no necesariamente presagiaba buenas noticias en su lugar.