Impossible Remains [MDZS]

Capítulo 8: Hope

Esperanza.

Punto de vista de Lan Wangji

Llega una carta para Lan Wangji en los Recesos de las Nubes.

Lan Wangji se sentó en el borde del acantilado. Sobre él florecían las flores del gran árbol. La belleza hacía caso omiso de toda la muerte y destrucción que había ocurrido allí. Que había sucedido en todas partes. Aunque era una señal de esperanza. Los incendios no lo habían tocado. Un árbol plantado por uno de sus antepasados lejanos como regalo para las generaciones futuras.

Así como su hermano también era un faro de esperanza en estos tiempos oscuros. Los incendios y la destrucción no lo habían tocado. Él era el producto de las enseñanzas y el conocimiento de su antepasado. Ahora, como líder de su secta, llevaba consigo esas enseñanzas y dones, protegiéndolos del daño y preservándolos para sus propias generaciones futuras. Las semillas que los ayudarán a convertirse en buenos cultivadores y garantizar que los esfuerzos de sus antepasados perseveren.

Así que no se sorprendió, ahora que lo pensó profundamente, de elegir este árbol para refugiarse.

Se sentó debajo de las flores que susurraban suavemente, Wangji en su regazo, aunque apenas había tocado. Había pasado la mayor parte de la tarde mirando el horizonte y luchando consigo mismo por no tocar Inquiry. Para cualquiera de los dos.

Pasaba todas las tardes de la misma manera, después del entrenamiento y de cumplir con sus obligaciones. Había mucho que hacer en el esfuerzo de reconstrucción y mucho que organizar en el silencio bostezante que precedía a la guerra.

Lo sentía ahora, mientras contemplaba el paisaje sereno. Como si estuviera conteniendo la respiración. La tierra y el aire ya habían sido perturbados por la ceniza y la sangre. Sin embargo, ahora que lo sabía, parecía temerlo. Los animales parecían más tranquilos. El viento parecía estancarse. Como el pánico silencioso antes de que estalle una tormenta. Lo sentía extenderse por la tierra desde todas las direcciones. Una inquietud que carcomía los huesos.

Los animales también empezaban a sentirlo. Los conejos que Wei Ying le había regalado eran cada vez más reacios a saludarlo. Como si temieran salir de su escondite. Aunque eso podía haber sido un residuo del ataque.

Los soldados Wen habían recorrido todas las colinas traseras, cazando supervivientes. Habían perseguido a las mujeres, que habían huido con los niños ante las primeras señales de ataque. Aunque, afortunadamente, la mayoría no fueron atrapadas.

El fuego también se había extendido a muchos árboles. Habían perdido una gran sección de las colinas traseras que probablemente tardarían años en volver a crecer. Fue un milagro que los conejos lo hubieran evitado. Se había preocupado por ellos, cuando estaba en la oficina de adoctrinamiento, aunque fue fugaz en comparación con la preocupación por su padre y su hermano.