Aunque Solo Sé Huir (A.S.S.H)

Me estoy enamorando

No sé porque le dije a Darío que podía ir a recogerlo a su universidad, hay un trafico de mierda y me estoy estresando. Nadie me mandó a querer lucir mi carro y a ofrecerme para que lo vean.

Tú papá te aviso.

Ya sé, pero tampoco quería darle la razón, detesto darle la razón a alguien.

Me estacioné a unos metros de la entrada de la universidad de Darío, le envié un mensaje para avisarle que estaba afuera y me respondió que sale en 5 minutos. Mientras tanto me puse a ver tikloks para matar el tiempo.
Me encontraba mejor desde hace unos días, logré sobrellevar la situación con mi madre, bueno, tampoco hice mucho porque me habló de la nada y se comportó como si nada hubiera pasado. Me contó que encontró un departamento disponible cerca de donde vivimos y era probable que escoja ese, yo solo le seguí la corriente. Por otro lado, Ágata desapareció como siempre, de vez en cuando me escribió para pedirme ayuda con el curso de la universidad, después trataba de contarme algunas cosas que hacía, pero no le tome tanta importancia y seguí con lo mío, me gusta mucho, pero no voy a rogarle a nadie.

Empecé a estresarme cuando ya habían pasado más de 5 minutos y ni un rastro de ese tarado, iba a bajar del auto cuando lo vi saliendo, pero mi piel se erizo cuando vi que no estaba solo.

Mierda.

Detrás de él estaba Alba junto con sus amigos.
Cuando nuestras miradas estuvieron a punto de cruzarse, bajé la mirada rápidamente y me puse a ver mi celular tratando de disimular que no la ví. Mi cabeza se puso en blanco y me empezó a hervir la sangre, cada célula de mi cuerpo empezaba a arder y sentí un odio profundo en mi pecho. No la veía desde la última noche que salimos, recordé todo lo que sufrí por ella, los ataques de ansiedad, la humillación y como ella ya era feliz con otro sin importarle lo que yo sufrí.
Cuando Darío subió, eché un reajo donde ella estaba y pude ver cómo estaba intentando ver mi auto, antes de que nuestras miradas se crucen, me centre en el timón y encendí el carro, era consciente que tenía que pasar por su lado para poder salir de acá, me temblaban las manos y solo respire y arranque con toda la fuerza que podía hacer el motor, llamé la atención de todo el mundo, pero no me importo y solo reaccioné cuando tuve que voltear.

-Mano. ¿Todo bien?

Mi sangre hervía y solo tenía la sensación de largarme de esta zona, no quiero estar acá, no quiero volver a verla, la odio, la aborrezco, la detesto.

-Sí, todo bien-estaba conduciendo sin fijarme bien en el camino

En mi cabeza se repetía una y mil veces los malos momentos, uno tras otro, cada uno siendo como una puñalada. Sin querer me pasé donde tenía que voltear y tuve que volver hasta la altura de la universidad, donde para mi mala suerte ella estaba parada en la esquina con un chico.

No me puede estar pasando esto a mí.

Aceleré y perdí la siguiente entrada, en estos momentos no sabía cómo retomar la ruta, me metí por una de las calles anexas y conduje sin rumbo, tratando de concentrarme y buscando una salida. Mi cabeza estaba en un limbo y mi cuerpo actuaba por inercia,con suerte pude zafarme de un embotellamiento que se causó por un bus malogrado, Darío me hablaba y solo le respondía, trataba de mantenerme activo, pero en mi mente solo pienso en Alba.
Trate de disimular el resto de la tarde con Darío que todo estaba bien, pero en el fondo sabía perfectamente que no era así, solo recuerdo ese momento de la tarde donde vi que ella me estaba buscando a lo lejos. ¿Por qué? Simplemente debías actuar indiferente ante mí como lo hiciste las últimas veces, es más, no debiste salir junto a Darío, no te quería ver, ni ahora, ni nunca más, pero hoy tenía que salir, justo hoy que estaba sintiéndome mejor después de las cosas que pasaron con mi mamá y Alba. Te detesto Alba, en serio que nunca debí haberme enamorado de ti, no lo valió, todo lo bonito que alguna vez viví contigo, se fue a la mierda por como me trataste al final de nuestra relación. Ojala y nunca más vuelva a ver tu rostro.