Capitulo 9

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-a ver -Jeick quito el papel de la puerta y lo leyó en voz alta -nunca duermas fuera de casa, dulce sueños y pesadillas por la mañana; Atentamente Anónimo

-este puto ya me tiene harto  -se quejo Max haciéndonos a un lado y abriendo la puerta - el cree que esto es un juego pues le enseñare a jugar como se debe 

-no sabes ni quien es, como piensas hacerlo 

-algo se me ocurrirá, Steven lleva a Sara arriba y  vámonos a dormir ya, me estoy muriendo -el castaño llevo a la rubia arriba mientras Jeick, Max y yo seguíamos discutiendo sobre los mensajes 

-y si nos intenta decir algo - tome el papel y lo volví a leer -dulces sueños y pesadillas por la mañana. tal vez significa algo 

-si, significa que nos esta tratando de volver locos 

-nunca duermas fuera de casa... -ignore al pelinegro y seguí intentando descifrar el mensaje -hay que revisar las cámaras de la calle 

-Marssi son casi las 11, si quieres mañana revisamos pero ahora es momento de descansar

-bien -me resigne a seguir indagando - pero mañana los quiero activos bien temprano 

-como tu digas jefa -hizo la despedida militar y subió las escaleras a la habitación 

-buenas noches avena descansa -Jeick me dio un dulce beso en la mejilla y subió a la planta de arriba, respire profundo e igual subí a mi habitación donde ya se encontraba descansando Sara, me puse la pijama y me tire a su lado cerrando los ojos he intentando dormir moviéndome de un lado a otro.

Abrí los ojos para ver la hora 5:20 am, eso quería decir que si había dormido algo pero me sentía igual de cansada, era muy temprano para levantarme a desayunar, gire y vi a Sara aun dormida plácidamente así me aparte la sabana y me levante a la cocina para tomar algo.

 Tome el cartón de leche y serví un poco  con un gran bostezo, escuche un ruido que me hizo girar hacías las escaleras pero no había nada, tal vez el sueño me estaba haciendo alucinar. guarde la leche en la nevera y me encamine de nuevo al cuarto pero una sombra corriendo en el patio me hizo retroceder.

deje el vaso en el mesón e intente tomar el  arma de debajo de la nevera pero ya no estaba; que raro recuerdo haberla dejado aquí, y no creo que los chicos la hayan movido.  Por precaución tome un cuchillo que estaba en el lavaplatos y salí de la casa.

estaba lloviznando, eche un vistazo pero no había nadie; si me estoy volviendo loca, tal vez era un gato y yo con mi paranoia.

me gire para volver a dentro pero sentí un dolor insoportable en mi abdomen, solté el cuchillo dejándolo caer en el pasto, levante la vista y lo vi, una persona de dos metros, vestido totalmente de negro con un abrigo impermeable y la misma mascara de payaso que  utilizamos, al bajar la cabeza vi el arma en sus manos donde ya me había disparado  y ese fue el ardor que sentí, la sangre manchaba mi ropa y la lluvia cada vez se hacia mas intensa conforme perdía sangre.

sentí que me desvanecía pero este sujeto no lo permitió y me tomo en brazos acariciando mi cabello e impidiendo que cayera al piso, sentía frió y dolor hasta que todo se oscureció.

La cabeza me  dolía y sentía que se me iba a estallar en cualquier momento, a lo lejos escuché una voz que me llamaba.

–Marssi estás bien? Oye Marssi –sentí como me movían hasta que abrí los ojos y lo primero que divisé fue el pasto verde y mojado, luego a la rubia a mi lado

–que coño –escupí la tierra que por alguna extraña razón había masticado, hasta que los recuerdos de la noche anterior vinieron a mi cabeza– dónde está, yo lo vi

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