Capítulo 4

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Dejó pasar una semana antes de volver asesinar. Había podido aguantar mucho tiempo, pero volvía a estar al límite, y eso no era bueno, ni para él ni para los demás. Por eso mismo ese día había pasado más tiempo del necesario en los baños del instituto. Era viernes, y estaba seguro de que habría alguna fiesta en casa de sus compañeros de último curso. No le extrañó que el anfitrión fuera Jackson, y eso complicaba un poco todo, porque significaba que gran parte de la manada asistirá. Pero sin duda era el mejor lugar para atrapar a su víctima.

Se vistió y dejó su mochila en el jeep, aparcado en la parte delantera de la casa. La música y las luces de colores, hicieron que la casa de Jackson se viera un poco diferente, pero aun así no dudó en saludar a todos y desaparecer entre la gente. Solo debía buscar su objetivo. Los deportistas siempre eran las mejores opciones, músculo y carne de sobra, pero había descubierto que la de las mujeres era más tierna, perfecta para algunas recetas. Así que su víctima perfecta era alguna mujer que perteneciera a un club. Se dejó caer en el sofá y su mirada se paseó por todos los invitados a su abasto, el club de natación estaba reunido hablando, había algunas chicas que entraban dentro de su idea, pero estas parecían estar muy bien protegidas por sus compañeros. Así que siguió investigando la sala, encontrándose al club de vóley, sonrió cuando notó la tensión que había entre algunas chicas, clara muestra de que se llevaban mal. Y que si una desaparecida, seguramente no la buscarán hasta un par de días más tarde. Dejó su vaso en uno de los muebles y se acercó a una de las chicas, esta era rubia y caminaba hasta la barra.

- Hola.- Saludó Stiles agarrando una botella de vodka y empezando a servirse un vaso.

- Hola.- Saludó extrañada esta mientras tomaba la botella de ginebra.- ¿Eres el amigo rarito de Scotty, no?- Stiles sonrió tenso mientras añadía el refresco a su vaso.

- Rarito, no tanto, pero sí.- Contestó haciendo una mueca mientras se apoyaba y la miraba con interés.- También soy amigo de Jackson.- Dijo ganándose una mirada interesada de esta.

Era un recurso que utilizaba poco, pero mencionar al Kanima siempre ayudaba a que todos se acercaran a él por interés. Ser amigo de este era algo difícil, y solo lo eras si alguien de su grupo te metía en el grupo. Por lo tanto, era un gran anzuelo. La chica comenzó hablar con él, tan interesada en que la llevara a dónde estaban los demás que no se dio cuenta de la pastilla que Stiles dejó caer en su bebida. Cuando el vaso estaba vacío y ella se tambaleaba, comenzó a hacer el papel de la noche. Pasó el brazo por su hombro y la llevó hasta la puerta de la casa. Sabía que con tanta gente borracha nadie podría asegurar ni cuando se fueron, ni con quien. La ayudó a subir al jeep y arrancó el coche hacia el bosque. Mientras conducía le mandó a Peter un mensaje con su ubicación a tiempo real, ahora que tenía un compinche lo aprovecharía. En ningún momento le pidió que fuera, ese trabajo quería hacerlo solo. Volver a conectar con el asesino del crucifijo. Aparcó en uno de los miradores y agarró la bolsa antes de ayudar a la chica a bajar. Caminaron dos cientos metros dentro del bosque, lo suficiente lejos para que no pudieran escucharla.

Preparó su escenario de siempre, las cuerdas y el cuerpo entre dos árboles, con la chica crucificada en el centro. Sonrió poniéndose el gorro y los guantes, todo debía salir perfecto. Los cuchillos japoneses brillaron cuando algunos rayos de luz se filtraron entre el follaje de los árboles. Agarró el primero justo cuando la chica comenzaba a tener conciencia, lo miró todo asustada, pero fue incapaz de gritar al ver a Stiles delante de ella con un cuchillo en la mano.

- Hola, vamos a comenzar.- Dijo divertido acercándose a ella, ignorando las lágrimas y los ruiditos que hacía presa del pánico.- ¿Alguna enfermedad que deba saber?- Preguntó Stiles mientras cortaba el top de esta.

- Soy portadora.- Dijo esta con un poco de esperanza, al notar la mirada confundida de Stiles tragó saliva.- Tengo anticuerpos del VIH, tengo sida.- Gruñó mirando con rabia a la mujer.

Eso hacía la carne intratable, aunque sus lobos no se contagiarían, había miembros de la manada que sí. Por no contar que le daría un sabor horrible a la carne. Negó con rabia y cambió el cuchillo por uno de los que utilizaba antes. Sin decir nada lo clavó en el abdomen de esta, una, dos, tres, seis veces. Dejando ahí su frustración, el cuerpo de esta apenas se movía, no era su mejor obra de arte. Pero eso se podía arreglar. Sin que le temblara el pulso clavó el cuchillo dos dedos debajo de su garganta y la rajó hasta el bajo abdomen, dejando que la mitad de los órganos cayeran al suelo. Se acercó a la cara de esta y cortó los párpados, antes de mutilar la mejilla izquierda. Dio un paso hacia atrás y gritó frustrado, eso era un desperdicio, se acercó para darle un último toque, le rajó la garganta haciendo que la poca sangre que quedaba en su cuerpo se drena a sus pies.

Miró el reloj, dándose cuenta de que aún tenía tiempo, así que hizo varios cortes en el bíceps derecho de esta, dejando las letras VIH escritas. No quería que su padre se contagiara cuando fuera a investigarlo. La música que tenía para las llamadas de Peter hizo que se girara para mirar su teléfono. Se quitó los guantes y descolgó extrañado, esto no le molestaría si no fuera importante.

- ¡Sal ahora mismo de ahí!- Gritó el lobo nada más el humano descolgó, Stiles iba a preguntar el motivo, pero las luces de las linternas que se veían sumando a  los ladridos que se escuchaban a lo lejos le hizo saber que pasaba.- No sé cómo, pero la policía sabe dónde estás, corre.- Dijo Peter colgándole. Stiles recogió todo deprisa y corrió en dirección contraria a la que venían, justo donde estaba el jeep.

- ¡Está por ahí, acaba de salir corriendo!- Dijo una voz haciendo que Stiles maldijera.- ¡Vosotros quedaros con el cadáver, no toquéis nada!- Gritó de nuevo.

Stiles jadeó cambiando de rumbo, no podía ir hacia su coche, fueran los agentes que fueran reconocerían su coche al momento. Siguió corriendo por el bosque mientras intentaba despistar a los agentes que tenían las linternas. Aunque había mejorado su condición física, no estaba preparado para correr más de media hora por el bosque. Se detuvo detrás de un gran árbol para respirar, apenas podía regular, sentía como sus pulmones se hacían pequeños.

Unos pasos se detuvieron cerca, tapó su boca con la esperanza de que este no lo descubriera, pero su suerte se fue a la mierda cuando uno de los agentes lo apuntó con la pistola y la linterna. Pudo ver cómo su mirada pasaba de sería a sorprendida, ni los jadeos por la carrera que había dado hacía que la expresión de incredulidad se borrara.

- St..- No pudo decir nada más antes de que una mancha marrón saltara de la oscuridad y comenzara a morder y arrancarle trozos de carne. Stiles parpadeó intentando acostumbrarse a la oscuridad de nuevo, viendo como Peter, en su forma de lobo completa, seguía destrozando al agente.

- Está muerto, vámonos. Los refuerzos no tardarán en llegar.- Dijo Stiles mirando como el lobo le enseñaba los dientes llenos de sangre.- Peter.- Gruñó mirando fijamente a los ojos azules, el lobo se transformó y le sonrió al humano.

- Baja al pueblo, yo iré a por el Jeep.- Dijo este antes de convertirse de nuevo y salir corriendo.

Stiles gruñó yendo al camino que llevaba a la entrada del bosque en la parte sud del pueblo. Corrió aunque las linternas ya no estuvieran a la vista. Hasta que no vio las farolas no se permitió descansar. Se cambió la ropa y tiró esa a un contenedor antes de tirar una cerilla dentro. Dejando que se quemara mientras esperaba a Peter.

Los coches patrullas comenzaron a sonar cerca, echó un ojo al contenedor y lo cerró, apagando el fuego que ya había consumido su ropa. Rascó su cuello nervioso, Peter estaba tardando demasiado y la policía cada vez sonaba más cerca. El jeep se acercó a él y aparcó en la entrada del callejón, dejando el morro a plena vista de la carretera. Stiles subió poniéndose el cinturón, pero el lobo no arrancó. Si no que le quitó el cinturón y deslizó el asiento del conductor un poco hacia atrás.

- ¿Qué estás haciendo?- Preguntó nervioso, comenzando a ver las luces rojas y azules.

- La mejor forma de no parecer culpable, es hacer algo que les haga sentir incómodo.- Dijo tirando de él y sentándole en su regazo. Peter no dudó en quitarle la sudadera que llevaba y comenzar a besarlo.

Para cuando los agentes golpearon la ventanilla del piloto y los enfocó con la linterna, Stiles tenía diversos chupetones en su cuello y pecho. Ambos estaban con los labios rojos, jadeantes y a un paso de follar. Los agentes ni siquiera les pidieron las identificaciones, simplemente se disculparon y se fueron dejándolos solos. Stiles se rio negando incrédulo, miró a Peter y volvió a besarle, follarían en el coche, esa victoria se merecía una recompensa del mismo nivel.

One more (Steter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora