11

111 25 13
                                    

Minho despertó cuando unos ruidos lejanos ocasionaron disturbios en su descanso. Se vio a sí mismo en el pequeño anexo de la cabaña que el mago les había ofrecido para pasar la noche sin embargo, se dio cuenta de que estaba entrando en pánico porque no vio a Seungmin en la otra cama de la habitación.

Un nuevo gruñido lo sacó de su desconcierto y salió al exterior de un salto. El aroma a Limón se volvió agrio y fuerte, llegando a marearlo, pero a pesar de ello, se aferró al instinto de adentrarse a la negrura de la noche en compañía de la tenue guía de la luz de la luna.

Sus pasos se congelaron en algún momento y su vista se agudizó, desesperado. La sombra de una enorme bestia lo tomó por sorpresa, provocándole un escalofrío. Los ojos amarillos de aquella criatura se fijaron en él y tuvo que llamar a su puma antes de que este atacara al humano.

Minho sintió la mordida intensa en una de sus patas que lo hizo tambalear, se defendió lanzando un mordisco en la mejilla ajena y ambos rodaron por los suelos terrosos entre arañazos y mordeduras lanzadas ciegamente al contrincante. Al ser ambos alfas, sus naturalezas se activaron y buscaron el punto mortal del otro con imponencia en sus venas. En una batalla de alfa contra alfa, sus conciencias desaparecían por completo y volvían a su buen juicio una vez el pulso de la parte contraria dejaba de existir.

No obstante, su pelea terminó repentinamente porque ambos sufrieron un calambre agonizante en sus extremidades, haciéndolos chillar y caer al suelo para retorcerse del dolor hasta que los animales permitieron el regreso de los humanos.

Jeongin, desde su posición un tanto lejana, movió sus dedos e invocó al aire para que cargara a ambos cuerpos y los llevara con él de vuelta al anexo. Una vez dentro de la habitación, los dos chicos fueron depositados en las camas, donde finalmente pudieron descansar de los calambres que los tenían incapacitados.

Los humanos del lobo y el puma estaban casi irreconocibles. Con los rostros magullados y empapados de sangre. Habían restos de piel faltantes y unos cuantos trozos de carne colgando de sus extremidades. Había un agujero enorme en el antebrazo de Minho y la mejilla derecha de Seungmin estaba arrancada hasta la comisura de sus labios. Los dos sufrían los estragos de la pelea, pero sus orgullos estaban mucho más heridos porque su confrontación se había interrumpido.

Jeongin volvió minutos después con sus objetos de curación. Primero se encargó de Seungmin, colocando hojas y ungüentos en las heridas abiertas. Algo similar hizo con Minho minutos después, sólo con la diferencia de que había tenido que rellenar unas cuantas heridas con una masa transparente y brillosa que llevaba en una cajita de cristal.

Su silencio estaba siendo interrumpido por los gemidos lastimeros de ambos chicos sin embargo, no tuvo compasión de ellos y terminó hechizándolos de nuevo para impedir otro enfrentamiento y sobre todo, la participación de sus animales.

Para las primeras horas de la mañana, Seungmin fue el primero en despertar. Sintió un vuelco extraño en su pecho y cuando quiso tocarse, se dio cuenta de que sus manos estaban inmovilizadas, al igual que sus piernas y tronco. El ambiente olía realmente raro, como algo podrido, con un toque de azufre y una mezcla de eucalipto y cedro. Giró la cabeza, sabiendo que sería inútil tratar de levantarse y un gruñido fuerte salió de su pecho tan pronto sus ojos captaron la presencia del puma al otro extremo de la habitación.

Minho, por su parte, se despertó ante el ruido a su costado, junto al olor espantosamente agrio, y correspondió por instinto sin siquiera entender lo que sucedía. Tenía todo el cuerpo aturdido, pero su alfa orgulloso estaba más interesado en retomar aquello que no pudieron concluir.

---¡Basta!

La voz autoritaria irrumpió en la habitación. Los alfas seguían gruñendo con menos intensidad. Los ojos amarillos y escarlata brillaban con intensos, mirándose fijamente.

OUR DESTINY [2MIN / KNOWMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora