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El olor a cereza se volvió seductor y dulcemente exquisito. El olfato del lobo se agudizó ante ello, dejándolo hechizado bajo un deseo profundo por ser el que recibiera un baño de esas feromonas.

Sus pasos aumentaron su velocidad y se adentraron a la cabaña con un evidente deseo. La puerta fue cerrada sin cuidado alguno como consecuencia de la conmoción del castaño, pues encontró a su pareja en el suelo, retorciéndose con las manos en el abdomen, sudoroso y con apenas una camisa cubriendo su desnudez.

Jisung había entrado en celo.

Seungmin ni siquiera se la pensó para acercarse y tomarlo entre sus brazos, sintiendo la temperatura ardiente en la piel ajena, junto a los desgarradores rasguños en su interior por autoría de su lobo sin embargo, un siguiente movimiento suyo fue detenido de manera tosca por el mayor.

---No... Vete... No tomé los supresores ---se quejó el omega.

---No los necesitas, amor, yo te ayudaré ---prometió.

Su voz fue profunda y suave, provocando una nueva oleada de calor en el de mejillas prominentes. La mano que sostenía su cintura dejó un apretón que lo hizo gemir. Jisung le miró con advertencia, pero ya los ojos del alfa estaban perdidos en lo brillante del amarillo. No tuvo tiempo de escapar. Sus labios fueron tomados sin permiso alguno y fue llevado hasta su habitación. La excitación y el calor del celo iban cada vez más en aumento. Estaba perdiendo la consciencia entre las caricias ajenas hasta que un nuevo beso explotó las feromonas del alfa, haciéndolo desmayarse.

Seungmin, por su parte, estaba ansioso. Era el primer celo que pasaría con su pareja y su primera vez teniendo intimidad con su destinado. Sus almas bailarían a la par de sus latidos y no había mejor sentimiento que ese.

Sus dedos, con ayuda de sus uñas ligeramente largas, rasgaron la tela que cubría el cuerpo del mayor. Por inercia, Jisung jadeó y se expresó adolorido sin embargo, el alfa a ese punto ya estaba demasiado excitado y cegado para retractarse. Su naturaleza salvaje estaba completamente al mando del cuerpo del menor e iba a ser casi imposible que pensara sobre sus acciones porque era un lobo incontrolable.

Su agarre con los brazos ajenos era poderoso. Dejó a su pareja inmóvil mientras comenzaba a succionar cada centímetro del omega. Cada feromona inhalada era tan sólo un estímulo más que lo orillaba a volverse más y más descuidado, hasta el punto de terminar hiriendo a su compañero para su satisfacción personal.

Seungmin despertó exaltado con el pecho vibrante y la respiración entrecortada. Buscó entender lo que ocurría sin embargo, el tirón en su vientre bajo lo aturdió.

---Entró en celo.

Los ojos amielados empezaban a mostrarse vibrantes, en busca de obtener una tonalidad más brillante. Su alfa estaba exigiendo emerger y tomar el control para buscar a su pareja, pero Seungmin estaba negando el capricho, provocando las rasgaduras agresivas en su pecho. No obstante la intromisión de un rostro desconocido en su vista, lo hizo gruñir.

---¿Qué podemos hacer? Su lobo ha emergido después de años, no tiene control de él mismo.

---Dijiste que tienes a otro alfa, ¿no?

La mención de aquello provocó que el gruñido aumentara su intensidad. El odio y el temor lo agobiaron, pensando en todo y en nada. De pronto el nudo en su vientre dejó de ser su centro de importancia para dar paso libre al vacío en su pecho que parecía crecer más ante la idea de su soledad.

---Ya te lo he dicho, Bang, el puma y el lobo no se llevan, su lazo de compañerismo se rompió cuando se encontraron en una pelea.

Seungmin miró a su costado, logrando dar con los dos que hablaban junto a él. Jeongin vestía su habitual capucha y el otro sujeto llevaba una túnica blanca con detalles dorados. Su cabello estaba pulcro y la imponencia de su presencia lo puso de nervios porque ni siquiera pudo distinguir un aroma.

OUR DESTINY [2MIN / KNOWMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora