𝐄𝐩í𝐥𝐨𝐠𝐨 🥀

42 6 6
                                    

𝐓𝐚𝐞𝐡𝐲𝐮𝐧𝐠

— ¿Por qué tarda tanto?— Le digo a Diablo, que está sentado en mi regazo.
Está desmayado, así que no responde. Arrastrarse hasta mi regazo para recibir mimos se ha convertido en su actividad favorita si estoy solo en una habitación. Lleva treinta minutos durmiendo.

No hay razón para que So-hee tarde tanto. Debería ir a ver cómo está.
Lentamente, levanto a Diablo de mi regazo y lo coloco en la cama antes de ir a buscarla. Me detengo en la puerta de su habitación, que está abierta, cuando oigo la voz de Yoongi. Parece enojado. Me acerco un poco más para asomarme.

—Dime por qué has pedido ver a Doc.—

—Es que creo que me estoy enfermando de algo. — miente entre dientes. En mi opinión, lo hace muy bien. No se le escapa nada.

—Mientes. — le dice Yoongi. Supongo que no es tan buena como pensaba. O
podría ser el hecho de que Yoongi la conoce tan bien.

— ¿Por qué estás siquiera en mi habitación? ¿No tienes cosas que hacer?
¿Gente a la que golpear?—

— ¿Qué hay en tu espalda?— Repite entre dientes apretados. ¿Por qué está
tan alterado?.

—Ah, ¿mi cama? Y por si te lo preguntabas, detrás hay una pared. —
Casi estallo en carcajadas por lo sarcástica que está siendo, pero me contengo.

So-hee respira profundamente, como si se aferrara a su paciencia por un hilo muy delgado.—So-hee. — La agarra y la hace girar. Me precipito al dormitorio y cierro la puerta tras de mí. — ¡Mierda!— La voz de Yoongi retumba en la habitación mientras le arrebata la pequeña caja de la mano.

—Me lo quedo. — afirma So-hee, levantando la barbilla en señal de desafío. Realmente me está cubriendo. Si no supiera ya que se trata de un viaje de ida y vuelta, lo haría en este momento.

Como la doctora tenía previsto venir a comprobar la bala que había rozado a Jungkook hace unas semanas, le había pedido a So-hee que me hiciera un favor. Ella lo había conseguido, solicitando ver a la doctora después de haber revisado a Jungkook. So-hee dijo que era porque pensaba que podría estar resfriado. En realidad, estaba haciendo una prueba de embarazo para mí. Sé que puede ser pronto, pero me doy cuenta de que hay algo diferente en mi cuerpo. No quiero que Jungkook sepa nada hasta que esté seguro. Todavía hay muchas cosas que están
pasando. No quiero añadir nada más a su plato hasta que esté seguro de que estoy realmente embarazado. Jungkook y yo no podemos dejar de tocarnos. Incluso cuando se supone que él se lo debe tomar con calma. Juro que intenté decirle al hombre que no. Que le iba a romper un punto o algo así, pero con unos cuantos besos, mi esposo derritió mis dudas.

— ¡Vas a un colegio de chicas! ¿Cómo es jodidamente posible?— So-hee pone los ojos en blanco.— ¿Es uno de nuestros hombres?— Creo que nunca he visto a Yoongi actuar más serio que en este momento. Y eso es decir mucho teniendo en cuenta todo lo
que ha pasado recientemente. Puedo verlo pensar en las posibilidades. —No, lo habría sabido. No estás embarazada. Es imposible. —

—No lo es. — Está luchando contra una sonrisa de satisfacción. So-hee realmente disfruta presionando los botones de Yoongi. Uno pensaría que es su hermano mayor con lo malditamente protector que es con ella.

—Bien, entonces nos casaremos. El bebé será mío. —

—Woah. — jadeo. ¿Qué demonios?

— ¡Vete a la mierda, Yoongi!— So-hee se le acerca a la cara. Bueno, lo mejor
que puede con él imponiéndose sobre ella. —No me casaré por una mierda. Me casaré por amor, y cuando me dé la gana. —

—Tú... —

— ¡Oye! — interrumpí. Esto se está saliendo de control. Acabamos de limpiar este lugar. No necesitamos otra guerra explotando dentro de la casa. —Es para mí. — Me acerco y arrebato la prueba de la mano de Yoongi.

— ¿Qué está pasando aquí?— Me doy la vuelta al oír la voz de mi esposo. Se
asoma a la puerta.

—Nada. — decimos So-hee y yo al mismo tiempo. La verdad es que hemos
pasado demasiado tiempo juntos. Jungkook no la deja volver al colegio todavía. Todavía hay amenazas por ahí. Mingyu realmente pateó un maldito avispero. Al menos mi hermana está lejos de los Choi y de mi padre. Lo aceptaré.

— ¿Qué hay en espalda, Ángel?— Antonio se acerca a mí.

— ¿Una cama? Y por si te lo preguntabas, detrás hay una pared. — Le robo las palabras a So-hee, haciéndola soltar una carcajada.

Jungkook solo me dedica una sonrisa perversa que promete sacarme la información de una forma u otra. Mis
pezones se tensan a la espera.

—De acuerdo, ustedes dos saquen esto de mi habitación. Ya veo lo que pasa
aquí. — So-hee hace un gesto entre su hermano y yo. —En cuanto a ti, puedes irte a la mierda hasta el final. — le dice a Yoongi.

Jungkook me levanta en sus brazos, acunándome. No tengo más remedio que sacar el brazo de mi espalda para mostrar la prueba. Sus ojos se posan en él, pero no dice nada. Se limita a sacarme de la habitación y llevarme a la nuestra, donde me coloca suavemente en la cama.

—Entonces. — Me relamo los labios. Me quita la prueba de la mano y la tira
sobre la mesita de noche. —Yo, ah.— Su boca reclama la mía en un beso antes de que pueda decir otra palabra. —Jungkook. — Jadeo su nombre entre besos. Me tira de la ropa. — ¿No vas a decir nada?—

—Estás embarazado. —

— ¡¿Qué?!— Pongo las manos en su pecho Ya ha conseguido quitarme la ropa.

—Conozco el cuerpo de mi esposo. — Su mano acaricia mi cadera y luego se desliza hacia arriba para acariciar mi pecho. —Tu agujero también sabe más dulce. —

— ¡Jungkook!— siseo.

—Me encanta que sigas sonrojándote por mí aunque haya lamido cada
centímetro de este cuerpo. —Realmente lo ha hecho en algún momento.

— ¿Eres feliz?—

—Sabes que quería herederos. Te dije que no tomaría hasta que te dejara embarazado. —

— ¡Jungkook!— Vuelvo a sisear, haciendo que se ría. Maldita sea, me encanta ese sonido. Me había asustado tanto que iba a perderlo. Pero debería haberlo sabido. Mi esposo es un guerrero.

—Sinceramente, no pensé que fuera a suceder tan rápido. No estoy seguro de
estar preparado para compartirte, pero joder, me va a encantar verte redondo con nuestro hijo. Me das cosas que nadie más puede. Eres realmente invaluable, mi esposo, mi rey, mi todo—

Fin.

Hasta aquí esta preciosa historia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hasta aquí esta preciosa historia. Espero que les halla gustado leerla como ami escribirla.

No se olviden de dejar su estrellita

Chao. Y nos vemos en la próxima historia 😉

Unexpected KingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora