El miércoles había llegado, Canadá estaba tratando de prestar atención a lo que el alemán le decía. Pero no podía evitar mirarlo, desde hace un mes que trataba de no desviar su mirada hacia el alemán, pero le era imposible.
—¿me estás escuchando?-pregunta Alemania.
Canadá rápidamente volvió su mirada al cuaderno, rezaba internamente para que el alemán no se diera cuenta de que lo estaba mirando.
—ah, si, te estoy escuchando.-nervioso.
—¿seguro?-pregunta mientras se acerca al rostro del inglés.
Canadá se puso más nervioso de lo que ya estaba, temía que Alemania descubriera que no estaba prestandole atención a lo que explicaba, sino que le prestaba atención a el.
—si..estoy seguro.-sonríe nervioso.
—¿por qué estás tan nervioso?-se acerca más.
—¿yo? ¿Nervioso?....no, ¿por qué iba a estar nervioso?-se aleja.
—no lo sé.–dice Alemania, poniéndose de pie-¿quizás porque estás muy tenso?
—n-no..-camina hacia la puerta de su habitación.
—ajá, ¿ahora me vas a negar que estuviste mirándome de reojo mientras te explicaba?-dice tomando del brazo al canadiense.
—yo no te estaba viendo de reojo.-niega, tal y como lo había dicho el alemán.
—ajá. Haré como que te creo.
—....[¿cómo notó que lo estaba mirando?]-se pregunta internamente- cree lo que quieras.
Canadá salió de la habitación, bajando directo a la cocina. Tomó un vaso y lo llenó con agua, quizás se calmaria un poco si bebía agua.
—eres tan lindo cuando estás nervioso.-dice molestando al canadiense.
Alemania logró su objetivo; sonrojar al canadiense, un poco más de lo que ya estaba. Canadá al oír lo que su tutor le había dicho, no pudo evitar sonrojarse aún más.
—¿qué tal si terminamos la clase por hoy?-sugiere Canadá, dejando el vaso encima de la mesa-quiero hacer otra cosa contigo.
—¿qué sería eso?-pregunta Alemania.
Canadá no dijo nada y se fue a su habitación, siendo seguido por el alemán.
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Canadá se acercó al alemán, rodeando el cuello de este con sus brazos. Sus labios rozaron los del alemán.
—¿qué tratas de hacer?-pregunta con obviedad el alemán.
—nada, ¿por?-dice Canadá mientras aleja su rostro.
Alemania, cayendo poco a poco en la tentación, acerca sus labios a los del canadiense, uniendolos en un deseoso beso. Alemania bajó sus manos hasta la cintura de Canadá, acercandolo más a su cuerpo.
