~Mi Tutor~ ||Alemania X Canadá||

8

Canadá se quedó dormido en las piernas de Alemania. Ya se había vuelto costumbre que Canadá se durmiera en sus piernas.

—¿otra vez se durmió?-preguntó USA, con un bowl lleno de frutillas en sus manos.

—si..., se ve tan lindo durmiendo-acaricia la mejilla del canadiense.

—...harían linda pareja-dijo USA, dándole un mordisco a una frutilla para luego irse a su habitación.

Alemania desvió su mirada a una esquina de la sala, sintió como Canadá se removió en sus piernas pero no despertó.

—me imagino que si te pidiera permiso para ser tu novio, me dirías que no...eres tan lindo, es como si te hubiesen sacado de un sueño-susurró Alemania, acariciando el rostro del chico que dormía cómodamente en sus piernas.

Canadá, ajeno a las palabras que Alemania había dicho, siguió durmiendo tranquilamente en sus piernas. Su respiración por un momento se coordinó con la de Alemania.

Alemania siguió acariciando el rostro suave de Canadá, admiraba la belleza irreal del canadiense. La luz tenue de la sala iluminaba suavemente los delicados rasgos faciales del de habla inglesa/francesa, haciéndolo parecer aún más angelical.

Canadá se movió ligeramente, buscando una posición más cómoda. Alemania aguantó su respiración por un momento, temiendo despertar al canadiense. Pero al ver que Canadá no había despertado, volvió a relajarse y dio un suspiro de alivio.

—eres aún más hermoso cuando duermes-murmuró el de habla alemana.

Su mano recorría cada parte del rostro de Canadá, remarcando sus facciones.

—¿cómo puedes ser así de hermoso? ¿Acaso eres un ángel que cayó del cielo?...eres un sueño del que no despertaría nunca.

No obtuvo respuesta, lo que lo tranquilizó. ¿Qué pasaría si Canadá despertaba y lo escuchaba diciendo esas cosas cursis?
Canadá se removió otra vez, esta vez, abriendo lentamente sus ojos.

—....lo siento... no quería quedarme dormido...-dijo con un tono adormilado y nervioso.

—no te preocupes, no pasa nada-pronunció, admirando los ojos de Canadá, esos destellos de color azul claro lo hipnotizaban completamente.

—..¿estás bien?-dijo, sus manos en las mejillas de Alemania.

—¿eh? Ah...si, estoy bien-murmuró desviando la mirada.

—¿seguro?

—ja, sicher... [si, seguro...]

Canadá sintió un ardor leve en sus mejillas al sentir como el alemán lo abrazaba y acariciaba su cabello suavemente. No se alejó, tampoco se quejó, solo devolvió el abrazo en silencio y acomodó su cabeza en el hombro de Alemania.
Todo estaba tan silencioso, sus respiraciones se coordinaron una vez más. Canadá se sintió en completa tranquilidad en los brazos de Alemania.

—juro que me volvería a dormir en tus piernas, es tan cómodo.

Alemania sonrió ligeramente al oír eso salir de los labios de Canadá.

—si quieres puedes volver a dormir, no tengo problema.

—¿no te puedes quedar esta noche conmigo?

Hubo un silencio, era cómodo.
Alemania se quedó un rato pensativo, luego miró al canadiense y sonrió mientras pronunciaba unas palabras.

—si, puedo. ¿Estás seguro?

—si, así me dormiré más rápido-dijo con una leve sonrisa.

—bueno, entonces me quedare esta noche.