Capítulo dos: Reemplazo de Julietta.

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Narra Chiara.

Luego de esa incómoda conversación con Violeta, decidí acercarme a mi hermano quién estaba conversando con otras dos personas. La primera en notar mi presencia fue la chica pelirroja, empujó con suavidad a Alex para que se volteara y me viera.

—Ahí estás, ¿Todo bien? —Me abrazó por los hombros de manera amistosa, sonreí y asentí. —Mira, ellos son mis amigos.

—Me llamo Ruslana, él es Martin. —Se presentó la chica, luego señaló al chico de bigotes que estaba a su lado. —Soy profesora de artes, él de filosofía.

—Chiara. —Me presenté con cordialidad, ella sonrió en grande.

—Ya lo sabemos, Alex no ha dejado de hablar de ti. —Me explicó. —¿Qué tal tu charla con Violeta? ¿Te dio el discurso de la vida por llegar tarde?

No pude evitar reírme al escucharla, bueno, por lo menos ahora sabía que Violeta era así, y no lo era solo conmigo. Ruslana continuó conversándome del instituto, me explicó la forma de funcionamiento y me dio algunos tips que podrían ayudarme en la clase. De a poco más personas se sumaron a la conversación. Estaba Bea, una chica castaña que enseñaba biología. Paul, un chico bastante amable y gracioso enseñaba tecnología. Álvaro era el jefe de departamento de ingles, y por lo tanto, era mi jefe de alguna manera, era un chico cercano y divertido.

Por último estaba el grupo de Violeta, los cuales no se acercaron a saludarme, ni a nadie en realidad. Sólo conversaban entre ellos, algunas veces incluían a Alex en su grupo, pero la mayoría del tiempo se encontraban apartados del resto. Primero estaba Naiara, profesora y jefa del departamento de matemáticas. Luego Lucas, profesor de deportes. Juanjo enseñaba historia, era bastante cercano a Martin. Denna la conocía, era novia de Alex y enseñaba química. Por último estaba Violeta, profesora de literatura y además, jefa de su departamento. Ruslana me explicó que eran la élite, al fin y al cabo, enseñaban las materias más importantes, y además, todos eran jefes de departamento.

Los profesores comenzaron a dejar la sala para dirigirse a los salones, revisé el horario que me entregó Álvaro y comprobé que mi primera clase empezaba en cinco minutos, era en el 4C. 

—¿Vas al 4C? —Ruslana se sorprendió cuando le mostré mi horario, compartió una mirada cómplice con Martin. —Dios se apiade de ti.

—¿Qué tiene?

—Es el curso de Violeta, son literalmente sus niños. —Me explicó Martin mientras salíamos del auditorio, éramos los últimos que quedaban junto a Bea, quién estaba terminando de firmar el libro de registro. 

—¿Y?

—Será muy exigente, aunque bueno, Violeta siempre es exigente. 

—Que lo sea, no me molesta. —Me encogí de hombros en respuesta, Martin rió y Ruslana negó.

—No, Kiki, no entiendes. Serás el reemplazo de Julietta.

—¿Y?

—Es más complicado de lo que crees, antes de ti pasaron varias cosas en el colegio, incluyendo a Julietta. Violeta se pone sensible con ese tema.

—¿Ella le hizo algo?

Ruslana abrió sus labios para responder, pero Bea rápidamente interrumpió.

—Ruslana, no. —Esas palabras fueron suficientes para que la pelirroja guardara silencio, se encogió de hombros en respuesta y continuó en silencio. —Kiki, me toca ir al edificio en el que está el 4C, ¿Vamos?

Me despedí de Ruslana y Martin, los dos me desearon suerte. Ahora tenía mucha curiosidad acerca de Julietta, hasta el momento, nadie la mencionó, ni siquiera Alex. ¿Por qué a Violeta le afectaba eso? Por lo poco que pude conocer de ella, no parecía una persona que le afectaran tanto las cosas. Cuando boté su café no me gritó ni insultó, algo a lo que yo no estuve habituada en mi antigua relación.

Suspiré al recordarlo, no era el momento de pensar en ella.

El instituto era gigante, en un momento llegué a perderme, pero gracias a Bea pude encontrar el salón en el que me tocaba. Un gran "4C" estaba escrito en la puerta, sin pensarlo más golpee un par de veces y entré.

Era como una selva.

Los estudiantes conversaban entre ellos a voz alta, solo unos pocos fijaron mi atención en mí, pero en menos de cinco segundos, pasé a segundo plano para ellos. Tragué saliva de los nervios, caminé hacia la mesa del profesor y noté que no solo habían estudiantes, también estaba Violeta.

Ella pareció igual de sorprendida al verme, estaba conversando animadamente con algunos estudiantes, pero cortó su charla de inmediato y se acercó a mí.

—¿Qué haces acá?

—Me toca clase con ellos. —Respondí, pero no fue suficiente para ella, dios, era insoportable. Le enseñé mi teléfono con el horario para que así me creyera.

—Ah, entiendo. —Asintió cuando ya pudo comprobar lo que le decía, volteó hacia la clase y dijo en voz alta. —Chicos, silencio por favor.

Solo fue necesario eso para que cada uno de los estudiantes volviera a su puesto de trabajo, algunos notaron mi presencia por primera vez y noté como se susurraban entre ellos. 

—Les quiero presentar a Chiara Oliver, la nueva profesora de inglés.

Al terminar esa frase, todos los estudiantes comenzaron a conversar entre ellos otra vez. Unos se veían sorprendidos, otros molestos, y algunos sonrientes. No pude interpretar bien sí les agradaba o no. Una de los estudiantes levantó su mano para hablar, Violeta hizo callar a la clase con un "sh", y así poder escuchar a la chica.

—¿Dónde está la profe Julietta? —Preguntó con evidente curiosidad, algunos de sus compañeros apoyaron la pregunta. 

Violeta a mi lado se tensó, voltee el rostro solo un poco para comprobar que su rostro cambió radicalmente. Incluso llegué a percibir algo de tristeza en ella. 

—Ha dejado el colegio chicos, este año Chiara será la nueva profesora de inglés. 

Me hizo una seña para que hablara, respiré profundo antes de dirigirme a los 22 pares de ojos curiosos.

—Hola, soy Chiara. —Saludé aunque me arrepentí de inmediato, era obvio que ellos sabían quién era. Violeta les había dicho. —Sé que quizás no sea la persona a la que esperaban, pero prometo intentar ser por lo menos la mitad de buena que era Julietta.

Sentí la mirada de Violeta sobre mí, decidí no voltear hacia ella, y seguir mirando a los estudiantes.

—Chicos, yo solo pasé a saludarlos. —Explicó Violeta cuando acabé con mi penosa presentación. —pórtense bien. Si me entero que alguno le faltó el respeto a la profesora Oliver, tendrán consecuencias.

Sonreí al escucharla, rápidamente escondí mi rostro con el cabello aunque supuse que ya era demasiado tarde. Violeta ya se había dado cuenta, pero no preguntó nada, tan solo se despidió de la clase y luego de mí;

—Suerte, Oliver.

Violeta dejó la sala de clases, y con eso, la única adulta responsable abandonó al grupo. Ahora, adolescentes me miraban con curiosidad, pero antes de que pudiese decir una palabra, los chicos volvieron a su zoológico. Mierda.

Esto sería más difícil de lo que imaginé.

Teacher Love | KiviWhere stories live. Discover now