Capítulo tres: Actividad de la lana.

354 26 0
                                    

Narra Chiara:

Por suerte tenía un plan B, rebusqué entre mi bolso hasta que encontré lo que buscaba; Una bola de lana.

Apenas me puse frente con la lana en las manos, varios estudiantes volvieron su atención a mí, pero no los suficientes para tener silencio en la sala. Decidí entonces hacerlos callar con un "shh", aún no había respuesta, cuando me dispuse a levantar la voz, una chica se puso de pie.

—¡¿PUEDEN CALLAR LA PUTA BOCA?! ¡LA PROFE QUIERE HABLAR!

Pensé en regañarla por la grosería, pero al notar cómo los demás estudiantes obedecían y se quedaban en silencio, solo me quedó agradecerle a la chica con una sonrisa. Ella se encogió de hombros en respuesta, como sí tratar así a su curso fuese algo que debía hacer normalmente.

—Bueno, chicos. —Tragué saliva y decidí sentarme sobre el mesón del profesor. —Les seré sincera, ustedes son mi primer curso y no tengo idea de qué hacer. —Varios estudiantes rieron al escucharme, otros me tomaron aún más atención. —Estuve leyendo el temario que les corresponde a ustedes, pero creo que es algo muy básico, ¿Aún no aprenden el verbo to be?

Pregunté con sincera curiosidad, todos se pusieron a hablar a la vez, esta vez, decidí tomar yo las riendas de la clase y hacerlos callar tal y cómo lo había hecho Violeta minutos antes. Para mi sorpresa, si funcionó, de a poco fueron levantando sus manos para poder opinar.

—Solo algunos lo sabemos, profe. —Explicó un chico. —La profe Julietta nos pasaba la materia a través de guías para responder, la mayoría copiaba las respuestas.

Frente a esa exposición, varios compañeros se pusieron a quejarse y rápidamente calmé el ambiente. Asentí en respuesta y agradecí su participación.

—Entiendo, yo odio las guías así que probablemente no tengamos de esas. —Hice una mueca al recordar lo aburrido que era rellenar un papel, varios estudiantes celebraron con mi propuesta. —Vale, chicos. Hoy tengo una actividad más tranquila, quiero conocerlos y además, ver el nivel de inglés que tienen. —Levanté mi mano para que vieran la lana roja. —Lo que haremos será lo siguiente: Cuando tengamos la lana en nuestras manos deberemos presentarnos en inglés, luego le lanzaremos el ovillo de lana a quién queramos que sea el siguiente, eso sí, sin soltar la parte de la lana que nos corresponde a nosotros. Yo empezaré. Hi, my name is Chiara Oliver, I'am your new english teacher. I love music and hate kiwis.

Le lancé la lana a la chica que minutos antes había callado a toda la clase. Ella sonrió en grande y comenzó su presentación.

Así se pasó el resto de la clase, todos participaron, e incluso se peleaban por el ovillo de lana. De a poco la sala comenzó a llenarse del hilo rojo, conectando a todos con todos, y siendo imposible intentar pasar a través de la sala.

—My name is Arturo. I like fútbol and hate rules. —Dijo el penúltimo chico al fondo del salón, solo quedaba uno que estaba sentado delante el cuál había estado evitando la lana a toda costa, su nombre era Theo.

Luego todo pasó en segundos.

Primero, alguien tocó la puerta del salón. Les pedí a los chicos que se detuvieran unos segundos la actividad, pero, obviamente no hicieron caso. Arturo preparó su brazo para el lanzamiento, Theo en cambio, dio algunos saltitos preparados para esquivar. La lana voló por los aires justo cuando la puerta se abrió, lo único que vi fue esa melena pelirroja que minutos antes había estado en el salón, rápidamente intenté evitar que la lana le llegara en el rostro pero fue demasiado tarde. La lana chocó contra el rostro de Violeta, y además, sin quererlo, la acorralé contra la pared.

Un quejido salió de sus labios por el golpe, bajé la mirada a ellos y quedé embobada. En mi cabeza, varios escenarios para nada decentes se estaban reproduciendo, rápidamente con algo de pánico decidí poner distancia entre nosotras. Violeta siguió apoyada contra la pared, con su mirada fija en mí. Oh no, la cagué muchísimo.

Los estudiantes ya estaban todos en sus puestos en silencio, veían todo el intercambio entre nosotras como si se tratara de una película. Mis mejillas comenzaron a sonrojarse, sentía el calor inundar la sala y pensé realmente en salir corriendo de allí.

—Disculpa Violeta, fue mi culpa. —Hablé sin mirarla, comencé a desenredar la lana de los estudiantes mientras sentía la mirada de la pelirroja en mí.

—Ningún problema.

Respondió con frialdad demostrando que sí había un problema, pero no lo diría frente al resto de estudiantes. Por suerte, desenredar la lana no costó tanto como pensé en un inicio. Era el cambio de hora, por suerte para mí, no me tocaba otro curso en ese momento, pero Violeta sí tenía clases con su curso.

Finalmente me despedí de los estudiantes, me aproximé a Violeta quién estaba sentada en la mesa del profesor y recogí mi bolso el cual estaba amontonado en la esquina del escritorio.

—Nos vemos.

—Adiós, Oliver.

Ni siquiera levantó su mirada del computador, decidí salir de allí antes de pasar otra vergüenza. Mierda, no sabía cómo iba a sobrevivir ese año.

-

Tuve solo una clase más antes del almuerzo, por suerte, no fue tan caótica como la primera, y en esa ocasión, Ruslana se ofreció acompañarme sólo para reírse de mí. Fue entretenido, y por un momento desee hacer esto el resto de mi vida.

Ahora, nos encontrábamos en la fila de la cafetería. El instituto le daba almuerzo a los profesores de manera gratuita, aún así, existían docentes los cuales preferían traer comida desde su casa, como era el caso de Violeta.

—¿No te ha dicho nada aún? —Martin preguntó a mi lado cuando notó que miraba a la solitaria pelirroja calentar su almuerzo en el microondas. —No creo que esté enfadada contigo, o no le hubiera pedido tu contacto a Alex.

Era cierto. Minutos después de mi clase en el 4C, Alex escribió en nuestro chat grupal que Violeta estaba pidiendo mi contacto porque se me quedó algo en el salón. Obviamente yo me negué a que se lo diera, pero Alex nunca me hace caso, y se lo mandó sin problema alguno.

—Me entregó mi libreta, nada más.

—Ya, pero te la entregó personalmente. —Martin recalcó, Ruslana soltó un bufido a su lado. —¿Qué? Sabes que es extraño.

—Violeta es extraña en general, yo creo que no debemos buscarle alguna explicación a su comportamiento.

—De cualquier forma, no me ha vuelto a hablar, y espero que no lo haga.

Luego de pensarlo (dos segundos), decidí que alejarme de Violeta era una excelente idea. Por alguna extraña razón, siempre que ella se encontraba cerca, mi sentidos fallaban lo suficiente para dejarme en vergüenza frente a ellas, y a todos los que estuviesen presente. Además, noté que sentía mucha atracción hacia ella, y mi experiencias amorosas activaban la alarma de peligro. Era una pésima idea.

El almuerzo fue tranquilo, nos sentamos junto a Álvaro y Paul, quienes apenas me vieron, se pusieron a comentar acerca de mi actividad con la lana roja. Las cosas en ese instituto se sabían con rapidez, por lo visto.




-------

Les debía este capítulo desde ayer jaskaaj, sorry.

Ya está actualizada esta parte del AU, en twitter x si quieren ir a revisar.

Como recompensa, si llegamos a diez votos en este cap, subo el capítulo de mñn hoyy.

Teacher Love | KiviWhere stories live. Discover now