CAPÍTULO 5

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Martín

Llego a casa, después de un día entero de trabajo como profesor de matemáticas.

Me quito el traje y me voy a dar una ducha caliente para relajarme.

Mientras estoy en la ducha no puedo dejar de pensar en Tiana, no debería de estar pensando en ella, es una niña.

Joder.

No me pude gustar una niña de 15 años, tengo 25, ya soy muy grande para ella. Pero no me la puedo sacar de la cabeza.

Ella es como una Tentación para mí.

Mi Dulce Tentación.

Me salgo de la ducha, intentando sacudir los pensamientos que me acosan. No puedo creer que esté pensando en Tiana de esa manera. Es una estudiante, mi estudiante. Es inapropiado, injusto y peligroso.

Me visto con una camiseta y pantalones cortos, intentando distraerme con la televisión. Pero su rostro sigue apareciendo en mi mente. Su sonrisa, sus ojos, su risa.

-¿Qué estoy haciendo?-me pregunto a mí mismo.

No puedo permitir que estos sentimientos crezcan. Tengo que mantener la distancia, la profesionalidad. Pero es difícil cuando Tiana está en mi clase, cuando la veo cada día.

Me levanto y camino hacia la cocina, necesitando un trago. Me sirvo un vaso de agua y me siento en la mesa, intentando calmarme.

-Debo hablar con alguien-digo en voz alta.

De repente, mi teléfono vibra en la mesa. Es una videollamada de mi mejor amigo, Alejandro.

-¿Qué onda, Martín? ¿Cómo va la vida de profesor?-dice.

Me río, agradecido por la distracción.

-Va bien, amigo. Solo un poco estresado-digo.

-¿Necesitas hablar?-pregunta.

Dudo por un momento. ¿Debo confiar en Alejandro?

-Sí, necesito hablar-digo finalmente.

-¿De quieres hablar?-pregunta.

-Es que, no sé cómo empezar.

-A ver, cuéntame, qué te preocupa.

-Creo que me gusta mi estudiante- le digo de una.

-Era eso, a ver dime, cuántos años tiene.

-Tiene 15 años.

-!¿Qué?!, pensé que tenía más edad, no que todavía era una niña.

-Sí, lo sé, pero me gusta, me atrae.

-Es una niña, Martín, de seguro eso que te está pasando debe de ser algo pasajero-me dice.

-No sé que hacer.

-Bueno,¿Tú le gustas a tu estudiante?-me pregunta de la nada.

-No sé, creo, pero qué tiene que ver eso.

-Claro que tiene que ver -dice Alejandro con una sonrisa- Si ella siente lo mismo, eso cambia todo. Pero si no es así, Martín, tienes que dejar de pensar en ella. No puedes permitir que tus sentimientos te consuman.

Me quedé en silencio, pensando en las palabras de Alejandro. ¿Realmente Tiana sentía algo por mí? No podía saberlo con certeza, pero la forma en que me miraba en clase, la forma en que sonreía cuando hablábamos... tal vez.

-¿Y si ella siente lo mismo? -le pregunté a Alejandro, mi corazón latiendo más rápido.

-¿Tú crees que una relación de maestro-alumna puede funcionar? -le pregunto a Alejandro.

Alejandro sonríe.

-Si ambos se gustan de verdad, ¿por qué no? La vida es corta, y el amor no tiene reglas.

Me sentí aliviado al escuchar sus palabras.

-¿Y si nos descubren? -pregunto.

Alejandro se escogió de hombros.

-Eso es un riesgo, sí. Pero si están dispuestos a enfrentarlo juntos, pueden superarlo-me dice.

Me siento más seguro.

-¿Y tú me apoyarías? -le pregunto.

Alejandro asiente con convicción.

-Por supuesto, Martín. Eres mi amigo, y quiero que seas feliz. Si Tiana es la persona que te hace sentir así, entonces cuenta conmigo-me sentí agradecido por su apoyo.

-Gracias, Alejandro -dije.

-Recuerda -dijo Alejandro-, la honestidad y la comunicación son clave en cualquier relación. Asegúrate de que Tiana esté de acuerdo y que entienda los riesgos.

Dulce TentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora