1. Cumpleaños feliz, supongo

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- ¡Te deseamos todos, cumpleaños feliz! - terminan de cantar mis amigas mientras yo soplo las velas. 

   En mi 23 cumpleaños, he decidido hacer una celebración más íntima. Cada vez se me hace más duro cumplir años, y aún más estando lejos de casa. Sin embargo, tengo a mis mejores amigas que me acompañan en todo, y a mi novio James, que ha decidido traer a todos sus colegas a la celebración de mi cumpleaños sin avisarme previamente, lo cual no me hace mucha gracia. 

   - ¡Valery, abre los regalos! - me anima Layla, acercándome una caja. - Este es de las chicas y mío; hemos decidido ponernos de acuerdo para hacerte un regalo más grande entre todas.

   Comienzo a abrir la caja para ver el pequeño bolso de marca que le enseñé hace poco a Layla.

   - ¡Mi primer bolso de marca! Os habéis pasado, chicas, me encanta. Sois las mejores - les agradezco genuinamente. 

   - Venga, ahora abre el mío - me incita James.

   - No te creas que nosotros estamos aquí por la cara, que también es de nuestra parte, ¿eh? - me dice John, uno de los amigos de James, que no me cae demasiado bien, pero tengo que mostrarle mi mejor cara de agradecimiento.

   Me acercan una caja pequeña. Comienzo a desenvolverla y el logo de F1 aparece en grande. Intento esconder mi cara de confusión como puedo. Sé que James y sus amigos son fanáticos del deporte, pero a mí nunca me ha interesado lo más mínimo. Abro la caja y aparecen dos pases con la palabra "Silverstone" grabada en plateado.

   - Muchas gracias, pero, ¿qué es esto? - pregunto, algo confusa.

   - ¡Pues que va a ser, Valery! Pases VIP para ir a ver el gran premio de Silverstone - me responde James con condescendencia.

   Intento agradecer lo máximo posible, pero mi cabeza no logra comprender lo que está pasando. ¿En serio mi novio se acaba de autorregalar unas entradas para la Fórmula 1 aprovechando la excusa de mi cumpleaños? Miro a mis amigas, sin saber donde meterme. Layla me mira intentando tranquilizarme, dándome a entender que, en cuanto se vayan los chicos, podré desahogarme tranquilamente, ya que no tengo ganas de montar un pollo en mi propio cumpleaños.

   Pasamos un rato más en el piso que comparto con Layla, Leah y Emily en Greenwich, al otro lado del Támesis, en Londres, hasta que Layla convence a los amigos de James de que es la noche perfecta para que salgan de fiesta y nos dejen a nosotras terminar la celebración solas en el piso. Cuando James y sus amigos salen por fin por la puerta, es cuando me vengo abajo. Mis amigas me miran con compasión y me abrazan. 

   - No estoy sobrerreaccionando, ¿verdad? - les pregunto.

   - Yo habría sobrerreaccionado en el momento en que hubiera abierto la caja - me dice Leah. - Tía, ha aprovechado tu puto cumple para hacerse un regalo a él mismo.

   - Bueno, pero eso es porque quiere que Valery vaya con él - intenta apaciguar el ambiente Emily.

   - No vengas ahora con tus conciliaciones, Emily. Es el día de Valery, tienes que hacerle un regalo que ella vaya a disfrutar - dice Layla mientras me sujeta en sus brazos.

   - Tía, es que es una detrás de otra, no sé como no lo has dejado ya - me dice Leah. 

   - Lo sé. Debería hacerlo. Lo pienso bastante pero cuando llega la hora de la verdad nunca soy capaz. Lo sigo queriendo - digo.

   James fue la primera persona que conocí cuando me mudé a Londres. Mi padre es español y mi madre inglesa, de Bristol, pero crecí en Madrid, hasta que decidí venir a la universidad en Londres hace ya 5 años. Estudié Administración de Empresas, y ahí fue donde conocí a James el primer día. James estudiaba economía, pero compartimos un par de asignaturas en primer curso. Comenzamos a hacernos mejores amigos, hasta que un día de fiesta ocurrió lo inevitable, y así hasta día de hoy. El principio de la relación era idílico; yo estaba en una nube, todo era perfecto, pero desde hace un año o así, desde que James comenzó a juntarse con John y sus nuevos amigos, todo había cambiado radicalmente. Nunca quería que saliera con él y sus amigos, a pesar de que yo siempre lo incluía en los planes con mis amigos, y comencé a ver interacciones con otras chicas que no me gustaban un pelo, pero que él siempre conseguía justificar de una forma u otra. 

   - Sé que es difícil, amor, pero sabes que nosotras estamos aquí para todo, y cuando des el paso te apoyaremos en todo - me abraza Layla. 

   - Os quiero tanto - digo mientras incluyo a Leah y Emily en el abrazo también. 

Love on PoleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora