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Jisung llegó a su casa junto con Minho, quien decidió quedarse toda la tarde. Parecía que el cielo se iba a caer, toda la lluvia, truenos y viento hacia parecer el fin del mundo. Jisung y Minho llegaron y de inmediato Jisung fue a darse un baño, ya que llegaron los dos completamente empapados.

Luego de 15 minutos de haber llegado, Jisung salió de la ducha totalmente calentito y renovado, ese baño mejoró completamente su humor.

Se acercó a la sala después de bañarse y se encontró a Minho haciendo té para los dos. Minho, cuando lo volteó a ver, se encontró con la imagen más preciosa que haya visto en su vida: Jisung se había puesto una pijama de color celeste con rayas azul marino, además de tener el cabello mojado, las mejillas rojitas y una mirada que enamora a cualquiera, esos ojitos que tienen una inocencia incluida en su brillo.

—Vaya a bañarse, en la cama dejé una toalla y un poco de ropa para que se ponga. —Dijo Jisung mientras secaba su cabello con una toalla pequeña. —¡Apúrese Honnie! ¡va a agarrar resfriado!—Exclamó cuando notó que Minho estaba tieso mirándolo fijamente.

Minho entró en razón, por lo que se dirigió a la habitación para agarrar la toalla y la ropa que Jisung dejó allí anteriormente y luego fue al baño para darse una ducha.

Salió luego de un rato, nunca había disfrutado tanto una ducha como lo había hecho con esa.

Cuando salió encontró a Sung en la sala cubierto de una mantita y viendo la televisión. Sonrió enternecido y fue a servir el té.

En la cocina, además de estar terminando de preparar el té, estaba pensando muchas cosas, no vamos a decir sobre pensando porque no eran cosas malas, de hecho, eran cosas que lo hacían feliz.

Parecía que su vida había dado una vuelta de 180°, ahora estaba más feliz, más tranquilo, mucho mejor que antes. No era mentira lo de la depresión, por que así pasó, tuvo un bajón emocional por casi 3 meses, aquel día en el que su padre le mencionó la muerte de su madre, todo su mundo cayó. No paraba de llorar, ya se estaba quedando sin lágrimas de tanto llanto. 2 meses no bastaron para desahogar lo que sentía. Pero de repente, un chico rubio, con mejillas regordetas y una voz más relajante que cualquier masaje, había entrado a su vida, llenando todo de color, felicidad y cosas lindas.

Jisung es su chico ideal, con su bella sonrisa, un lindo y pequeño cuerpo, su voz tranquilizante, ese cabello rubio, ojos de inocente, comprensivo y divertido, además de detallista y cariñoso.

En verdad ama a Jisung, tanto como ama a su madre, lo ama tanto como para sacrificarse por él.

Jisung le da de todo: amor, ternura, comprensión y calidez, tal cual su madre solía hacerlo.

Soltó una lagrimita al pensar todo eso, estaba feliz de tener a alguien como Jisung en su vida.

Pero todos sus pensamientos fueron interrumpidos al sentir a Jisung abrazarlo por la cintura y recostando su cabeza en su espalda, mientras que él terminaba de revolver el té para que  incorpore el agua con el azúcar y el cedrón.

—¿Por qué lloras, Honnie? —Preguntó Jisung, ya que hace un minuto vio como Minho largó una lágrima, entonces decidió ir con él y abrazarlo.

—No es nada. —Se limpió las mejillas.—Ya está listo el té, toma. —Le ofreció la taza llena de la dulce bebida con una sonrisa.

Jisung la tomó gustoso y fue directo a probarla.

—Cuidado que está calient-

Jisung escupió todo el té que había bebido, estaba muy caliente, había quemado su lengua.

Minho largó una carcajada y fue a la nevera, para así buscar agua y dársela al menor, quien ahora se lamentaba por haber tomado de inmediato el té.

—Te dije, Sung. —Dijo Minho y le entregó la botella de agua.

Una Comedia de Errores 『Minsung』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora