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A Jisung le había parecido tierno ver a Minho con esa toalla, con esa imagen de osito tan adorable le agregaba lo tierno a la situación, pero eso no quiere decir que no vió más arriba de la toalla.

Minho tenia la toalla en su cintura, por lo que todo su torso y brazos estaban descubiertos. Jisung notó los brazos tan musculosos de Minho, y ni hablar de su abdomen tan marcado y su pecho bien trabajado. Jisung obviamente pudo ocultar el nerviosismo qué sintió al ver esa imagen de Minho en toalla, aunque supo como superarlo de inmediato ya que Minho salió corriendo a los segundos de ahí, por lo que no tuvieron mucho tiempo para un contacto visual.

— Ya pasó bastante tiempo, ¿Quieres ir a ver como está Minho? — Preguntó el padre de Minho.

—Si, está bien, iré a ver. — Dijo Jisung para luego dirigirse a la habitación de Minho, que quedaba a la izquierda de la escaleras qué llevaban al segundo piso, entonces cuando llegó, tocó la puerta suavemente para no incomodar.

"Tock tock tock"

— Minho, soy Jisung, ¿me dejas entrar? — Preguntó Jisung mientras hablaba cerca de la puerta para que el mayor pudiera escuchar su voz.

Minho, quien estaba con la cara enterrada en la almohada, todo rojo y gritando de la vergüenza, escuchó la voz del menor claramente, entonces reaccionó.

Escondió todas las cosas raras de su cuarto, como fotos, dibujos o posters que estaban en las paredes y en el escritorio. Luego fue al baño rápidamente y se miró al espejo, acomodando un poco su cabello. Luego se sentó en la cama, tratando de estar tranquilo, pero por dentro se moría de pena.

—Puedes pasar. — Dijo Minho, a lo que Jisung entró de inmediato a la habitación.

—Minho, ¿Como estas? —Preguntó Jisung mientras miraba toda la habitación, esta era bastante ordenada y limpia, además de amplia y con una gran cama junto a un escritorio con un ordenador gigante y una silla que a la vista se veía cómoda.

—Bien, ¿y tú? —Preguntó Minho muy nervioso.

— Ay Min.. —Jisung se sentó junto a él en la cama. — Se que estas muy avergonzado por lo de la toalla, pero te veías muy tierno, no tiene porque darte pena, además, somos amigos ¿no? —Espetó Jisung mientras miraba el rostro de Minho.

—¿Yo? ¿Avergonzado por una toalla? No, para nada.. —Dijo Minho mirando a otro lado, no soportaba la mirada que Jisung le estaba tirando en ese momento.

—Te tomaré en serio cuando no estés así de rojo como un tomate. — Dijo Jisung, pinchando la punta de la nariz de Minho mientras se levantaba para inspeccionar mejor la habitación.

Jisung miraba atentamente cada estante del cuarto de Minho, notando muchos libros, carpetas y portadocumentos muy ordenados. Cuando llegó al escritorio, se sentó en la silla, y como se veía de cómoda,  era aun más cuando te sentabas. Prendió el ordenador, viendo el fondo de pantalla tan bonito que tenía: Era una foto de su madre, junto con su padre y el cuando era niño, muy tierno por cierto.

—¿Esa es tu madre? — Preguntó Jisung señalando el ordenador y volteándose para ver a Minho, quien lo miraba con un semblante bastante tierno.

—Si.. ¿Muy linda no?

—Sí, muy hermosa.

Minho se acercó a Jisung, quien de inmediato notó que Minho había rodeado su cintura con sus manos, haciendo un dulce abrazo.

Jisung correspondió a aquella muestra de cariño con mucho amor, rodeando el cuello ajeno con sus brazos mientras disfrutaba del aroma del cabello recién lavado de Minho, quien también estaba disfrutando el delicioso perfume que Jisung llevaba puesto.

Una Comedia de Errores 『Minsung』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora