¿Alguna vez escucharon la historia del caballo de troya?
Ese, donde soldados iban escondidos dentro del caballo hacia troya para que entrase y atacar desde adentro de la ciudad?
No?
Yo tampoco.
Hasta que Draco me la contó.
Si, ahora es Draco y no Draco Malfoyado.
El punto, es que estábamos Snape, Sirius, Lupin y yo en la mansión Malfoy. Si, tomando el té junto a Voldemort.
¿Algo loco, no?
Inesperadamente todo surgió por una idea. Una revolucionaria.
Si no funcionó con la fuerza, un té con el enemigo funcionaria. No hay nada mejor que apaciguar si furia mientras come, inteligente? Por supuesto. Se le ocurrió a Luna.
Llevábamos 20 minutos de silencio, cuando la loca de Lestrage, hablo.
- ¿Entonces nos vamos a matar o no?
- No bella, luego. Primero conversemos. Bien, a que han venido amablemente a hacer.
- Quiero un acuerdo jurado.
- ¿Disculpa?
- No quiero guerra.
- ¿Crees que porque un niño me lo pide yo debo obedecer? Hay demasiadas cosas en juego. No recibo nada a cambio.
- Estoy comenzando a pensar que los Slytherin son juegos a moneda, no se mueven si no les das algo -Voldemort y el resto de personas de la casa fruncieron el entrecejo, lo que era divertido, pues el no tenía cejas.
Sabiendo lo que pensaba, me insulto en parsel.
- la suya por si acaso.
- maldición, también sabes parsel.
- Gracias a usted, soy su horrocrux.
- ¿Podrían hablar en nuestro idioma? Gracias. Necesito entender el chisme.
- Bella, cálmate.
- Solo si usted lo pide, mi señor.
- ¿Que recibo?
- ¿Que quiere?
- Primero, verte muerto.
- No se puede, siguiente.
- ¿Te han dicho que eres irritante? -suspiro y siguió- nos meterán a askaban. A todos. Y quizá nos maten.
- Eso dependerá. Podemos fingir, como en las telenovelas, que se murió. Que lo derrote. Hagamos un teatro. Y podemos volver a hacerlo Riddle... Dumbledore es el unico que sabe quién es. Podemos hacerlo parecer... Más loco de lo que está.
- ¿Lo odias? -siseo.
- No, solo estoy molesto, de que sepa más de mi vida y haga más con mi vida sin siquiera preguntarme. Sabiendo lo imprudente que soy -Snape gruño, al mirarlo pude notar como me estaba retando en silencio, tenía que ir al punto antes de que nos mataran- ¿Le parece si yo juro no atacarlo y usted jura acabar con la guerra?
- Bien, pero solo bajo estás condiciones.
"No sé si sea está la última anotación, pero debo admitir que Potter ha madurado. Este año lo he visto diferente, espero que no haga nada que lo mate. Es primero de septiembre. Nada malo puede pasar."
"No se ni porque lo pensé. Porque confíe. Potter ha causado estragos. Se ha metido en mi mente. Casi lo descubre todo. No quería echarlo, ya que no le hago clases de oclumancia, lo veo menos. ¿Ha estado molestando más de costumbre a mi ahijado o es mi idea? He apostado con Narcissa que se quieren. Ella me ha dicho que no tiene sentido, pero que sería normal que una serpiente y un león se quieran.
Draco no le es indiferente"
Cerro el diario, sonrojado.
Era la última nota.
Luego de aquella sesión de oclumancia fallida, el había encontrado el diario. Si no lo hubiera encontrado. ¿Snape hubiera escrito algo más?
Pensó en los últimos acontecimientos. Las cosas no iban a estar fáciles. No con Voldemort, ahora como Tom Riddle, tan cerca de ellos.
El profesor "Jones" se la pasaba con el profesor Snape, Lupin iba a su despacho seguido.
Dumbledore cada vez lucía más enfermo.
Snape ya no tenía que estar obligado a seguir con todo eso.
En la tarde, me acerque a la oficina de Snape, pasandole el diario con cuidado. El hombre, molesto con justa razón, se puso rojo, no sabía si de vergüenza o enojo. Esperaba que no fuera por enojo, adoraba estar vivo en una pieza.
- ¿Cómo pudiste?
- Se que era privado, que no tenía que tocarlo, lo siento, eso no arregla nada. Ahora se quien es el príncipe mestizo. De verdad, esto me ha ayudado para comprenderlo.
- ¿Y vas a seguir entrometiendo te en lo que no te incumbe?
- Espero que no, ya pasé por un diario peligroso y ahora uno que me perturbó la mente con terribles imágenes.
- Más te vale, Potter.
- Harry. Solo Harry.
- Bien, Harry, me has demostrado que estás madurando, espero que se te quite lo león. Aprenderás mucho.
- Le pediré a Draco que me enseñe -le guiñe el ojo.
- Te han dado la charla?
- ¿Que charla? ¿Que? ¡No! ¡Espere no! -Snape cerro la puerta y me explico por una hora un montón de cosas. Cuando salí, me prometí nunca más hablar o leer algo.
Esta fue la mejor manera de no acercarme a nada.
Pensó, pensó, y volvió a pensar, ¡Todo iba bien, casi todos estaban teniendo su final feliz y el todavia no conseguía una cita con Malfoy!
Devoro su desayuno, y vio como Snape se levantaba de su asiento, siendo la mirada de todos, ¿Que haría?
- ¡Renuncio! -hizo aparecer su maleta y unas gafas de sol- ¡Hasta nunca mocosos y gente chismosa! ¡Hasta pronto Dumbledore, no te extrañare! -comenzo a caminar por los pasillos del comedor- ¡Me iré a una bonita isla donde no pueda ver sus horribles rostros! -y las puertas se cerraron, Snape lo había logrado, se había ido, así de inesperado sucedio todo.
La puerta se volvió a abrir, espero que fuera una broma y que volviera. Pero no, era Riddle, que entraba con sus cosas al castillo.
No, no otra vez.
Mire a Dumbledore, que estaba con cara de tener un infarto.
Mire a Malfoy, quien estaba de color nieve.
Este sería un terrible año, un muy terrible año.
- Buenos días jóvenes, soy el nuevo profesor de DCAO.
Fin.
Vale, fue una de las historias más extrañas que he hecho, incluso más que "frenesí" y "bastardo" gracias por leer, hasta el proximo fanfic.
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El príncipe mestizo
FanfictionHarry encontró el diario de Snape, en su quinto año, pero este, no contenía solo pociones, bajo la tinta invisible, se encontraba un secreto.