"Regresa a mí"

"La reunión y un bar"

La atmósfera en la sala de reuniones estaba cargada de tensión y formalidad. Los cinco Kages estaban reunidos para discutir temas diplomáticos importantes, pero la atención de Mei Terumi, la Mizukage, parecía estar en otra parte. Desde que Akira había entrado en la sala junto a Tsunade, los ojos de Mei no dejaban de seguir cada uno de sus movimientos, su mirada coqueta e insinuante completamente fija en la Uchiha.

Akira, siempre perceptiva, se dio cuenta de las intenciones de Mei casi de inmediato. Aunque trataba de mantenerse enfocada en la conversación, no podía evitar sentirse algo incómoda por la atención excesiva de la Mizukage. Cada sonrisa seductora y mirada profunda que Mei le dirigía hacía que la situación fuera cada vez más evidente.

—Akira Uchiha —dijo Mei con su tono característicamente seductor, interrumpiendo la conversación sobre los acuerdos diplomáticos—. Me alegra verte después de tanto tiempo. No puedo evitar notar que te ves… increíblemente bien.

Los otros Kages, incluyendo a Gaara, A, y Onoki, intercambiaron miradas, conscientes de lo que estaba ocurriendo. Gaara, conocedor de la relación entre Akira y Tsunade, reprimió una sonrisa mientras observaba cómo se desarrollaba la escena.

—Gracias, Mizukage-sama —respondió Akira cortésmente, aunque evitaba mantener contacto visual directo.

Mei continuó, dando un paso más cerca de Akira.

—¿Sabes? En otra vida, tal vez podríamos haber sido más que solo aliadas. —La sonrisa coqueta de Mei se ensanchó mientras su mirada recorría lentamente el cuerpo de Akira.

Akira, incómoda pero diplomática, estaba a punto de responder cuando sintió unos brazos familiares rodear su cintura desde atrás. La calidez de Tsunade se instaló a su lado, marcando su presencia de una manera tan poderosa como sutil.

—¿Todo bien aquí? —preguntó Tsunade, su tono suave pero con un brillo posesivo en los ojos. Su abrazo se apretó ligeramente, y su presencia hizo que Akira se relajara al instante.

Akira giró su cabeza para ver a Tsunade, una sonrisa brillante apareció en su rostro al encontrarse con los ojos de su compañera. Con una ternura inusual en ella, Akira inclinó su cabeza y besó la frente de Tsunade con delicadeza, como si ese simple gesto pudiera comunicar todo lo que sentía por ella.

—Todo está perfecto ahora que estás aquí —murmuró Akira, su mirada reflejando el profundo amor que sentía por la mujer que abrazaba.

El gesto fue suficiente para que Mei levantara una ceja con una mezcla de sorpresa y resignación, pero lo que vino después fue lo que realmente marcó el final de su intento por conquistar a Akira. Con suavidad, Akira bajó una mano y la posó sobre el vientre de Tsunade. Con una sonrisa llena de cariño, besó el vientre de su amada, un gesto que hizo que el tiempo pareciera detenerse en la sala de reuniones.

Los otros Kages se quedaron en silencio, claramente sorprendidos por lo que acababan de presenciar. Fue Gaara quien rompió el silencio con una sonrisa amplia y sincera.

—Así que... ¿es cierto qué van a tener una familia? —preguntó Gaara con genuina alegría en su voz, dirigiéndose a Tsunade y Akira.

Tsunade sonrió suavemente, manteniendo una mano sobre la de Akira mientras respondía.

—Sí, es algo que nos sorprendió, pero ahora hemos estado esperando con mucho amor —dijo Tsunade, mirando a Akira con el mismo brillo en los ojos.