Parte 3

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¡Wow! Simplemente, wow. Acabo de tener relaciones con mi madrastra... y me dejo hacerlo adentro... wow, solo wow. 

No me importa que mi "jugo cremoso" (sí, tengo que hablar asi para evitar que cierta fuerza omnipotente de esta plataforma me aplique la de Thanos y me haga polvo). Bueno, ahora sí continuo con mi historia.

{...]

Me quedo mirando como el cuerpo de mi madrastra tiembla por el éxtasis le que genero mi sable al dejar fluir mi jugo cremoso dentro de ella sin escudo alguno.

Cuando cruzamos miradas sonrío victorioso para molestarla.

—Ja, parece que sí te gustó follar con tu hijastro —digo mientras agarro mi sable y lo muevo en circulo—. Parece que...

Antes que pudiera seguir burlándome de ella, recibo una patada en mi abdomen que me hace retroceder. Escucho un resoplido por parte de mi madrasta, esta irritada.

—No te vuelvas petulante conmigo —bramó con enojo, agarrando la sabana para cubrir su cuerpo desnudo mientras se sienta en la cama—. Para que sepas te iba a decir para hacerlo otra vez mientras me bañaba, pero ahora por engreído te quedas sin nada —me miró con desdén por encima del hombro mientras se iba al baño.

Diablos, la malogré.

Cuando salgo de la habitación de mi madrastra, pasando por el baño escucho correr el agua mientras ella se limpia el cuerpo que fue mi unos momentos atras, y ​​mis pensamientos intrusivos que me dicen "¡Entra y vuélvela tu hembra!", pero... pero por ahora, paciencia.

Cuando entró a mi habitación los primero que hago es tirarme a mi cama King size (me muevo mucho cuando duermo). 

—Solo calma tu mente... solo calma tu mente...

¡No puedo! ¡Solo hace unos pocos minutos estaba teniendo el mejor momento de mi vida con mi sexy madrastra! Mi mente no para de recordarme cada caricia, cada gemido, la sensación de estar unido a ella íntimamente.

No puedo dormir —tomo mi celular, son 10 de la noche—. Veo el chat de mi club de futbol, como siempre nada relevante, pero si nuestros chats llegan a hacerse públicos... la cárcel nos esperaría con los brazos abiertos.

Hundo mi cara en mi almohada y... mi sable se vuelve a poner duro al recordar cada caricia, cada gemido, la sensación de estar unido a mi madrastra. El dicho que dice "mientras más arrugada este la pasa, más dulce es la fruta" (aunque Reika no tiene ninguna arruga) verdad. Giro hacia un lado y trato de calmar a mi sable al imaginar que lo vuelvo a introducir en la entrada de mi madrastra.

El solo pensamiento de tenerla otra vez me provoca escalofríos en todo el cuerpo...

El cansancio finalmente aparece después de 2 horas, y el reino del sueño me llama, dejándome más preguntas que respuestas.

{...}

Me levanto y veo que sigue siendo de noche. Confirmo que son la 1:11 am. al ver mi celular.

Salgo de mi cama con mi pijama de verano puesta, tomo mi celular y salgo de mi habitación en búsqueda de algo de agua. ¿Y Reika? Capaz siga dormida, un degenerado con la mente inmadura y falta de sentido común se metería a su cama y la tomaría sin su consentimiento estando ella desprevenida.

Con un pesado suspiro comienzo a bajar las escaleras, pero mis pensamientos sobre Reika no dejan de invadirme y me doy unas pequeñas bofetadas para tratar de sacarme el pensamiento... pero solo provoco que me la imagine azotando su trasero.

Madrastra - Reika KurashikiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora