Parte 2

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No tuve mucho que hacer, mi madrastra me botó de su habitación, y enojada no era palabra que yo usaría para representar su ira.

Lo más cuerdo era irme a mi lugar donde adquiero conocimiento.

En verdad traté de olvidar lo que pasó con mi madrastra pero... ¡simplemente no puedo! ¡¿Quien podría olvidar su primera vez?! ¡Mucho más cuando mi madrastra es un 10 de 10!

Como estoy en la clase A, aproveché el momento del almuerzo para buscar a Reina que está en la clase B. La culpa me carcome y trata de acercármele y tratar de convencerla de que arregle las cosas con su mamá, pero...

—¡Aléjate de mi, brócoli virgen!

Ella como de costumbre hizo uso de sus comentarios destructivos y su grupo de amigos se rieron de mi... uno parecia que se estaba atragantando y otra sí se atragantó por reírse tanto. Pero eso no era lo único malo de mi día. En mi entrenamiento de futbol estaba tan concentrado en recordar lo que pasó entre mi madrastra y yo que...

—¡Cuidado! —uno de mis compañeros de equipo gritó cuando ya me habia caído el balón en la cabeza y me terminará por tumbar al suelo.

Mis compañeros se pusieron a discutir sobre lo que me habia pasado, pero tan preocupados estaban por mi que ningún se acordaba de ayudarme a levantarme.

Despues de salir de las duchas una de las amigas de Reina (la más amable de todas) se me acercó para decirme que Reina se estaba quedando en su casa. Bueno al menos esto me da un poco más de relajación, al menos podre tratar de aliviar a mi madrastra con esa noticia.

Pero de igual manera no quiero regresar. Traté de convencer a mis compañeros de futbol sin tener éxito, por alguna razón todos tienen algo que hacer.

{...}

Cuando regresó a mi habitación agradezco que no haya nadie, esto me da tiempo de tomar la comida suficiente para sobrevivir en mi habitación solo saliendo algunas veces también de dejarle una nota a mi madrastra sobre donde esta Reina... y escucho como la puerta se abre con el ruido de tacones acompañándole.

Volteo, tratando de mostrarme lo más serio posible... pero no puedo y mis mejillas se ponen rojas. Mientras yo me moría de vergüenza, mi madrastra se mostraba fría como cuando esta molesta.

Trato de decirle sobre lo de Reina, pero...

—Necesitamos hablar —Reika se sienta en el sofá sin problema.

—¿Sobre lo de ayer en la noche? —¡¿por que lo pregunto?! ¡Es obvio que es por eso, ¡soy un idiota!

—Sí, sobre anoche —ella asiente, con aires de seriedad.

Vamos Izuku, es momento de ponerte los pantalones, de tener huevos, de marcar mi terreno como hombre de la casa.

—Por favor escucha. Yo no te hice nada sin tu consentimiento verdad —señalo una botella a medio acabar de licor—. Fue algo... que solo pasó, no hice nada en contra de su voluntad, madrastra.

Reika se queda en silencio por un momento antes de hablar.

—Tienes razón, no puedo negar que yo también lo quería...—admite sonrojada.

Wow, ella ruborizada se ve muy lind...

—¡Pero no creas que es porque sienta algo por ti! —y regresamos a lo de siempre—. El alcohol hace que las personas cometan idioteces. Tu más que nadie debe entender de lo que es ser idiota.

Madrastra - Reika KurashikiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora