John Depp Agente Especial. Libro I: Orgullo Mortal

Capítulo 22: El Principio del Fin

Luego, tras un rato de charla, se despidieron. John tenía que levantarse temprano para prepararse para esta redada en el rancho 'Wako'.

El rancho estaba en Lockhart, a 25 millas de Austin. John planeaba despertarse temprano para reunirse con el general Austin S Miller y ultimar los detalles de la redada. Luego irían a Lockhart. No querían ir antes del ataque porque no querían que los lugareños vieran extraños en el pueblo. Necesitaban tomar al pueblo y a la gente del rancho por sorpresa. Esa era la clave del éxito. Robert siempre pensó que la operación de Wako fracasó en parte porque el FBI y la ATF sitiaron el lugar e intentaron negociar con la gente del rancho. Eso les dio mucho tiempo a estas personas y al final causo tantas muertes. Robert quería que esta redada fuera rápida, que los tomara desprevenidos. No les daría tiempo para buscar sus armas. John y el General Austin S Miller acordaron que esta era una operación de búsqueda y recuperación. Tenían que entrar, sacar a los inocentes y si los otros no se rendían John desataría el infierno en ese rancho y no le perdonaría la vida a nadie.

Robert odiaba a estos ex-convictos que decían haber encontrado a Jesús en la cárcel y luego reunían a un grupo de gente inocente e ingenua a la que podían manipular fácilmente y crear una supuesta comunidad en la que gobernaban a estas personas lavándoles el cerebro. En otros estados, estos grupos eran peligrosos pero en Texas lo eran aún más por la cantidad de gente que poseía no sólo un arma sino un arsenal. Primero, alienaban a estos ciudadanos, luego erosionaban su confianza, luego los obligaban a vivir bajo su ley. Los alejaban de sus familias, de sus amigos, de la sociedad. Les inculcaban la idea de que el Estado era el enemigo y que estaban siendo vigilados por el gobierno que controlaba todos sus movimientos. Incluso interpretaban la Santa Biblia de forma que sirviera para transmitir el mensaje que querían inculcar en la mente de los feligreses de que el Estado y el gobierno controlaban a los ciudadanos.

El Gobernador, Beau Bridges quería que este caso fuera ejemplar. Quería que todo el país supiera que no tolerarían este tipo de asentamientos en su estado. Esto sería un mensaje claro de que los líderes de este asentamiento serían tratados como terroristas y serían aplastados por las fuerzas de seguridad del estado. Esta era una de las razones por las que no querría que el FBI y la ATF se involucraran. Éstos negociarían con los terroristas, pero temía que esto se les fuera de las manos como ocurrió en Wako. Este era un año electoral. No podía permitirse mostrar debilidad. Su electorado no le perdonaría si esto se convertía en una nueva masacre. Beau confiaba en la pericia de John. Sabía que podía arrestar o matar a los criminales y salvar las vidas de las familias inocentes que vivían en el rancho. El gobernador Bridges tenía un grupo de psiquiatras, psicólogos y terapeutas para tratar a los seguidores de esta secta. Una vez apresado su líder, necesitaban tratar a la congregación para deshacer todo el lavado de cerebro que les habían hecho.

John sabía que había mucho en juego. Se negaron a que el FBI y la ATF intervinieran. Si algo salía mal, toda la culpa sería suya y el FBI los crucificaría en los medios de comunicación. Pero John estaba confiado. Jason Patric, el agente que había trabajado encubierto en el sistema penitenciario, estaba trabajando para él dentro del rancho. Había entregado información crucial sobre la distribución del rancho, dónde estaba el arsenal, las rondas de seguridad y el mejor momento para atacar.

Jason Patric era el agente perfecto para el trabajo. Había arrestado a una persona cercana a él, Rory, sabía que Rory no lo lograría en la cárcel. Jason pidió ser enviado a la cárcel para proteger a su amigo y enseñarle a estar a salvo y hacer amigos con las personas adecuadas para mantenerse con vida durante su sentencia. Convenció al jefe Redford para que enviara a Rory a una prisión donde había muchos supremacistas blancos. Era la época en que el Círculo Ario estaba ganando adeptos. La mayoría de sus adeptos eran reclutados en la cárcel y las autoridades aún no sabían cómo los líderes reclusos de este nuevo movimiento racista comunicaban sus órdenes a los de fuera y cómo se organizaba este nuevo grupo. Jason hizo un gran trabajo dentro de la cárcel. El gobernador quedó tan impresionado con el trabajo de Jason que lo trasladaron a otras cárceles del estado. Cada vez que lo trasladaban, también trasladaban a Rory. Desafortunadamente, Rory fue asesinado en la cárcel. Jason no pudo protegerlo. En una pelea durante el almuerzo, algunos reclusos distrajeron a Jason mientras otros apuñalaban a Rory por la espalda. Las diversas estancias de Jason en diferentes cárceles ayudaron a mejorar el sistema penitenciario y el tiempo de reacción en caso de peleas de reclusos o en caso de que los reclusos intenten ganar el control, o apoderarse de la cárcel. Tras la muerte de Rory, Jason seguía ofreciéndose a trabajar en las cárceles con los reclusos. Los Rangers de Texas crearon un prontuario para Jason. Cada vez que iba a la cárcel nuevos cargos se añadían a su historial criminal. Permanecía en la cárcel y luego, cuando terminaba sus investigaciones, salía «en libertad condicional» o «era trasladado» y pasaba una temporada en Florida o en el rancho de su familia. Así sus antecedentes penales parecían reales. Sólo unos pocos sabían que era un agente. El gobernador y todos los jefes de división de los Rangers de Texas lo sabían. El resto pensaba que era un criminal convicto. Antes de trabajar para los Rangers fue marine de las fuerzas especiales. Podía sobrevivir en la cárcel. John conoció a Jason en el ejército.