Han Jisung suspiró, riéndose de la estúpida costumbre que tenía por ayudarle a Seungmin en absolutamente todo.
Ahora estaba empacandole la maleta.
Los cuatro gatitos están más animados después de haber bebido su leche. Sus patas son tan cortas que todavía no pueden saltar con facilidad, pero se las ingenian para pedirle que juegue con ellos.
Suben a la maleta y comienzan a prepararse para dormir. A Han le gusta que se sientan cómodos. Le hace feliz que sean felices.
"Está bien, salgan ya." Jisung utiliza las yemas de sus dedos para acariciar suavemente sus orejas: "Esperen, tengo que doblar un par de cosas más y después, podemos dormir los cinco juntos."
Seungmin se encuentra parado junto a la puerta, pero no se atreve a hablar. Le gusta la gentileza de Jisung y le llama la atención verlo hablándoles como si pudieran entenderle. Recordó que cuando era más joven, tenía unos Husky siberianos muy torpes en su casa. No podía cuidarlos bien, pero podía soportarlos. Después de todo, no era como si fuera un sujeto completamente insensible...
No le gustan los pelos, sin embargo, la primera vez que vio su abrigo de gamuza repleto de pelos de perro, supo que no quería tener nada que ver con ellos otra vez. Estaba harto y los regaló a un amigo cercano un par de días después. Los ojos de los perros le suplicaban, pero su desesperación no llegó al corazón de Kim Seungmin en absoluto.
Pero ahora, mientras veía a Jisung y a los cuatro gatitos jugar juntos, una cálida sensación de armonía y tranquilidad le embargó por unos momentos. En ese instante, a Seungmin ni siquiera le importó el pelo de gato que podría pegarse al traje o a las camisas.
Seungmin nunca será tan feliz como lo es al lado de Han Jisung. Incluso si está lo suficientemente cansado de los días por culpa de su tratamiento, él continúa acompañándolo por el camino. No podrá ser capaz de reemplazarlo. Kim Seungmin lo entenderá tarde o temprano, porque no lo hace ahora. La gente siempre tiene una gran confianza en que las cosas no cambiarán, en que lo que tienen en el momento siempre estará al alcance de sus manos. Creen inconscientemente que las personas les pertenecen y las tratan como propiedades... Pero el corazón humano es una variable gigantesca. Especialmente cuando Jisung forma parte de esa ecuación.
A Kim Seungmin no le gusta usar una bufanda. Tiene una alta confianza en su cuerpo y la tiene también en su sistema inmune. Cuando sale, siempre es Jisung el que se encarga de cubrirlo. Lo reprende, le anuda la tela de cachemir y le sonríe. Seungmin miró hacia abajo. Se rió y dijo como en otras veces:
"Mi amoroso esposo."
Jisung lo miró y palmeó la bufanda como si estuviera orgulloso de cómo la había colocado esta vez.
"Ten un buen viaje."
Seungmin extendió la mano. Tocó las delgadas mejillas de Jisung y suspiró:
"Comamos juntos cuando regrese. Estás demasiado delgado. Incluso puedo ir y acompañarte a hacerte una revisión."
Han teme que realmente cumpla con su palabra. Teme que tenga tiempo y teme que se entere de todo lo que hasta el momento le ha estado ocultando. ¿Puede ser posible que lo haga de verdad?
Jisung mira con atención la partida de Kim Seungmin. Su espalda le parece infinitamente más ancha que de costumbre. Su cintura es recta, y cuando camina, lo hace de un modo diferente, fluido y elegante. Se queda en la entrada y se despide con un movimiento de su mano... Incluso si esa persona no mira hacia atrás en ningún momento.
Cierra la puerta, se sienta en la mesa y come medio tazón de gachas de mijo ya frías.
Durante los viajes de negocios de Kim Seungmin, rara vez le contesta el teléfono. Tal vez está realmente ocupado, tal vez Han es un mero inconveniente. Jisung no revisará sus publicaciones y tampoco le pondrá atención a sus estados por el siguiente mes y medio... Siempre tiene miedo de descubrir algo que no le guste.
Y a esas alturas, es imposible evitar algo.
Después de la quimioterapia, Han Jisung no tuvo una reacción tan grave del tratamiento, y el cabello no se le cayó tanto como lo esperaba. De todas maneras, no se atreve a tomárselo a la ligera. Sabe que desde que decidió comenzar con el tratamiento para la enfermedad, las cosas solo pueden ir empeorando.
Siempre es mejor pensar en el peor resultado. Así no se ilusiona tanto.
Christopher Bang parece tener mucho corazón para Han Jisung, y lo demuestra llamándole por teléfono incluso más veces de las que lo hace Kim Seungmin. Él le llama durante las tardes y Han encuentra divertido molestarle con eso. Lo toma como un juego entre los dos.
"Doctor, hablar por teléfono durante el trabajo es una falta grave. Qué irresponsable."
Christopher contesta:
"También llamé a otros pacientes. No te creas mucho."
Han está descubriendo lentamente, que Christopher Bang usa palabras absurdas con bastante frecuencia. Ríe mucho, habla de todo y se llena de una infinita tristeza cada vez que le ve. Como si él fuera el enfermo.
Después de tantas interacciones, piensa que esta persona es particularmente interesante. Su boca es más rápida que su cerebro y no se da cuenta cuando murmura:
"Es igual a Seungmin."
Han Jisung se rasca el cuello y siente de inmediato que es realmente malo comparar a Christopher Bang con Kim Seungmin.
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Los 10 años en que más te amé [seungsung]
Lãng mạnTe he amado más de lo que tu me has amado a mí durante la mayor parte de mi vida. Ahora soy un trozo de papel arrugado en un rincón que nunca vislumbrarías. Pensé que serías mi hoy y todos mis mañanas. Imaginé que algún día volverías a darte la vuel...