Otra Oportunidad

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La visita al doctor fue, uf, agotadora y no sabría cómo describirlo, aunque era obvio que sucedería eso pues había sido una semana entera que no pararon.

Ahora la situación le daba la respuesta a varias o mejor dicho a todas sus preguntas sobre Lewis, esto explicaba por qué había estado pegado a él todo el tiempo, era la razón por la que había estado abrazándolo, besándolo, tocandolo.

Admitía que le gustaba estar de este modo con su Alfa, pero Lewis no lo hacía por el, lo hacía por el cachorro que estaba esperando, lo hacía únicamente por el pequeño bebé que se comenzaba a formar en su vientre, y de cierto modo sentía envidia por su bebé, pero lo amaba, y no dejaría de hacerlo.

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Deshacerse de Lewis no había sido fácil, desde que visitaron el hospital el Alfa no lo había dejado salir, literalmente lo tenía encerrado en la habitación alegando que debía descansar para que no se lastimara a él y al bebé.

Estaba exagerando, todavía ni siquiera se miraba su estómago abultado, entonces a como pudo termino por convencer al Alfa para que lo dejara salir, y una vez estuvo fuera se dirigió a su apartamento, llamo a Alex, necesitaba a su mejor amigo de inmediato, y Alex no dudo en abandonar su trabajo para ir corriendo hacia su amigo llegando al apartamento en menos de diez minutos.

Y George se derrumbó, lloro hasta caer dormido en el sofá de su apartamento, Alex sabía que George sufriría mucho, no solo porque sabía que el embarazado era muy pesado, sino por qué Lewis solo estaba ilusionando más el noble y gran corazón de su mejor amigo, y no odiaba al bebé, no, lo amaba y lo consentiría en cuanto naciera, pero no quería que su amigo se ilusionar con la idea de que serían una familia feliz después del nacimiento del bebé, Lewis podía volver a ser el mismo imbécil de siempre, no quería eso para George ni para el bebé.

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Al día siguiente, cuando se levantó, su teléfono estaba lleno de llamadas y mensajes de Lewis preguntando donde estaba, que le mandara su ubicación, que si estaba bien, que con quién estaba, que regresará a casa, que quería estar cerca de el, que lo necesitaba.

Su corazón dolió, porque sabía que solo era por el bebé, su cabeza no dejaba de molestarlo.

"Solo es por el bebé".

"Solo es por el bebé".

"Solo es por el bebé".

Se repetía una y otra vez como si fuera un disco rayado, era desesperante, iba a volverse loco en cualquier momento.

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Al volver a casa Lewis literalmente se lanzo contra el envolviendolo en sus brazos, las feromonas del Alfa lo cubrieron al instante lo cual lo hizo sentir feliz y relajado, aunque a la vez le hacía sentir triste.

—estaba preocupado por ti, ¿Por qué no contestas mis llamadas y mensajes? —el Alfa se veía verdaderamente preocupado, sus manos acariciaron suavemente su rostro haciendo un recorrido hasta sostenerlo por la cintura sin fuerza alguna.

—estaba con Alex.

—le llame y me dijo que no estaba contigo —no sonaba molesto, ni siquiera sus feromonas lo demostraban.

—yo le dije que lo hiciera, si te decía que estaba contigo hubieras ido allá —y no era mentía, ahora con el embarazo Lewis querría estar con el todo el tiempo, podía jurar incluso que lo seguiría al baño.

—puede pasarte algo aunque estés con él, tengo que cuidarte, soy tu Alfa —jamas en la vida habría imaginado escuchar a Lewis decir aquello, el Lewis que el conocía jamás diría "soy tu Alfa", esto le confirmaba que solo había cambiado por el bebé.

—necesito libertad, no quiero estar encerrado aquí, y tú tienes que trabajar —esperaba que eso funcionará para librarse de las garras del Alfa.

—me tomaré un tiempo en el trabajo, puedo trabajar desde casa, quiero estar contigo y hacer la habitación del bebé juntos, quiero salir contigo, no me importa a donde sea, quiero estar a tu lado en este proceso; estamos embarazados, vamos a ser una familia —suponía que por el embarazo sus emociones estarían como locas, y no se equivoco en tal suposición pues lágrimas comenzaban a bajar por sus mejillas.

Se sentía patético, estaba llorando en el pecho de su Alfa solo por unas palabras, palabras que habían tocado su corazón y por un momento las creyó.

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732 palabras.

Es corto y quizá no es lo que esperaban, pero aquí andamos.

Estoy haciendo lo mejor que puedo con la de "-I Hate You, -You Love Me"

Hasta aquí mi reporte, nos leemos luego.