Chester, no me lastimes... [Chester×Mandy]

Cap 4: Ataque sigiloso

Antes de continuar con este capítulo, te recomiendo leer los capítulos 1 y 2, ya que los he reescrito con una mejor redacción y he corregido algunos agujeros de guion.

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Chester salió del local con tranquilidad, una sonrisa iluminando su rostro.

Miró a su alrededor, fascinado por el mundo exterior. Las calles, vacías y silenciosas, parecían desiertas. Cada sombra proyectada por las nubes le daba un aire misterioso al lugar. Era evidente que esta experiencia era algo completamente nuevo para él.

Mandy: (asustada) ¿C-chester, v-ves a alg-alguien...?

Mandy se encontraba agachada detrás de la puerta, el corazón latiéndole con fuerza. La oscuridad la envolvía, y su mente se llenó de imágenes aterradoras. Pensó que quizás había alguna abominación rondando por ahí, acechando en las sombras.

Recordó aquel extraño gato humanoide que había visto antes. Su mirada penetrante y su sonrisa siniestra la hicieron sentir un escalofrío recorrer su espalda. La incertidumbre la mantenía tensa, deseando que Chester le dijera algo.

Chester: (alegre) No haber nadie, ser seguro.

Mandy: (saliendo) O-ok... Antes de venir aquí, recuerdo haber visto una especie de hospital. Primero iremos allí para buscar un botiquín y luego encontraré a mi papá.

Mandy comenzó a caminar, su mente aún llena de inquietudes. Chester la seguía, con pasos torpes, un poco confundido por lo que había dicho Mandy.

Chester: ¿Papa? ¿Eso no comerse? ¿Quién ser mi papá?

Mandy se detuvo un momento, sorprendida por la inocente pregunta de Chester. No sabía cómo explicarle el concepto de un padre, algo tan normal para ella, pero tan ajeno para él.

Mandy: ¿Papá? Bueno, este... un padre es una persona que te cuida y te enseña cosas sobre la vida. Es alguien en quien puedes confiar, que siempre está ahí para apoyarte y te quiere incondicionalmente.

Chester: Entonces, papá ser importante. Sin él, tú estar triste y querer tenerlo a tu lado porque tú quererlo, ¿no?

Mandy asintió, sintiendo el peso de sus propias palabras. La simplicidad de la pregunta de Chester la hizo reflexionar sobre su propia relación con su padre y la angustia de no saber dónde estaba.

Chester: ¿Yo tengo un papá?

La pregunta sorprendió a Mandy. Se detuvo un instante, buscando las palabras adecuadas. ¿Qué podía decirle a Chester sobre su familia? La inocencia en su mirada la hizo sentir una mezcla de tristeza y compasión.

Mandy: Bueno, Chester, todos tienen una familia de alguna manera. Algunos tienen papás, otros no. Pero lo importante es que siempre hay alguien que se preocupa por ti, incluso si no lo conoces.

Chester miró hacia el suelo, pensativo, mientras Mandy se preguntaba cómo podría ayudarlo a entender la complejidad de las relaciones familiares en medio de la incertidumbre en la que se encontraban.

Chester: Mandy... ¿tú me quieres?

Ante la pregunta, Mandy con sinceridad, se volvió para mirar a Chester a los ojos.

Mandy: Chester, tú eres especial para mí. En este momento estas a mi lado, y eso significa mucho.

Al escucharla, Chester hizo una mueca peculiar en su rostro. Se sentía alegre, como si una chispa de felicidad lo llenara, pero también había en él una profunda sensación de paz.