Para los Xenos, los sueños siempre habían sido un escape de la realidad, una forma de revivir recuerdos y alimentar sus anhelos más profundos. Sin embargo, aquella noche fue diferente. Lo que antes era una nebulosa vaga de pensamientos ahora se materializaba en una visión clara y singular: un imponente mausoleo.
La estructura se erguía solitaria en medio de un páramo oscuro, sus muros de piedra obsidiana adornados con símbolos antiguos que parecían pulsar con una energía de otro mundo. Un silencio abrumador envolvía el lugar, como si el mismo aire temiera perturbar la paz del gobernante no muerto que moraba en su interior. Desde el trono en lo más profundo del mausoleo, una figura esquelética observaba, su presencia imponente pero silenciosa, como un rey olvidado que aguardaba su momento para reinar una vez más.
Los Xenos, con una mezcla de confusión e intriga arremolinándose en sus mentes, compartían este sueño colectivo. Nunca antes habían sentido tal atracción hacia un lugar, como si el mausoleo los estuviera llamando, exigiendo su presencia. Al despertar, la sensación era demasiado vívida para ignorarla. Algunos, con los ojos brillantes por un propósito recién descubierto, intentaban fervientemente convencer a los demás de que este mausoleo era más que una mera visión. Se sentía como un destino, una tierra prometida que los atraía hacia adelante.
Pero antes de que pudieran actuar sobre esta visión compartida, el calabozo —su hogar y madre— comenzó a temblar. Las paredes susurraban advertencias silenciosas mientras algo siniestro cobraba vida en sus profundidades. De repente, Minotauros emergieron en masa desde el abismo, sus rugidos ensordecedores resonando a través de los oscuros corredores. Sin previo aviso, estas criaturas, una vez consideradas sus hermanos, se lanzaron contra los Xenos con una brutalidad que desafiaba toda lógica.
El choque inicial fue devastador. Los Minotauros, bestias imponentes cargadas de una furia inexplicable, golpeaban con una fuerza abrumadora, destrozando las defensas de los Xenos. El aire se llenó de gruñidos, el estruendo de armas improvisadas golpeando carne y hueso, y el eco inquietante de gritos de dolor. Los Xenos, aunque más coordinados e inteligentes, sufrían bajo el peso del número abrumador de sus atacantes.
"¡No retrocedan! ¡Luchen con todo lo que tienen!", rugió Lyd, un Xeno que empuñaba una espada oxidada que brillaba tenuemente en la tenue luz del calabozo. Sus movimientos eran rápidos y precisos, pero incluso su habilidad no era suficiente para detener la marea de enemigos. Se lanzó contra dos Minotauros, intentando cortar sus piernas para ralentizarlos, pero la carga de los gigantes lo obligó a retroceder, esquivando por poco un hachazo que habría partido a cualquiera en dos.
A lo largo del corredor, la batalla continuaba. Los Xenos empleaban cada truco y táctica a su disposición: atacaban en grupos, arreaban a los Minotauros hacia pasajes más estrechos para limitar su fuerza, y usaban los escombros e irregularidades del calabozo para atrapar a sus enemigos. Pero por cada Minotauro que caía, aparecían dos más, como si las mismas paredes del calabozo los estuvieran engendrando. La sangre manchaba el suelo mientras los cuerpos de ambos bandos se acumulaban, transformando la batalla en una lucha desesperada por la supervivencia.
La desesperación comenzó a filtrarse en los Xenos al darse cuenta de que estaban siendo superados. Los cuerpos de sus compañeros caían a su alrededor, destrozados por brutales embestidas. La idea del mausoleo, que había sido un faro de esperanza al despertar, ahora parecía un eco distante mientras la realidad de la aniquilación los envolvía.
Justo cuando todo parecía perdido, el calabozo reaccionó. Las paredes crujieron y, con un profundo retumbar, un pasadizo oculto se abrió ante ellos. Era como si el propio calabozo, consciente de la masacre, ofreciera una ruta de escape. Sin dudarlo, los Xenos restantes comenzaron a retirarse hacia el pasadizo, luchando por mantener a raya a los Minotauros mientras se retiraban.
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Nazarick en Orario
Fanfic¿Qué pasaría si la tumba de Nazarick llegara al mundo de Danmachi? Averiguemozlo