La botella, el juego del mal

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Ariana llegó a la habitación, la vi y ella no quitó su mirada de mí, entonces soltó un grito enorme y corrió a abrazarme.

—¡Qué feliz estoy Ani!

—¿Q-Qué pasó?

—Ani, creo que conocí a mi alma gemela

—Ay no otra vez

—No, no, pero está vez no son como los otros, lo juro, él... Él es especial, lo siento. Por dios, estoy tan feliz

—¿Ah sí?, pues debes presentarlo para ver si es confiable

—Aun no, todavía tenemos que arreglar ciertas cosas antes de presentarlo. ¿Puedes confiar en mi está vez?

—¿Le dirás a Aren?

—¿Podemos mantenerlo en secreto? —Ella ponía una expresión de súplica, dios, no podía resistirme a esa expresión —Estoy poniendo las manos al fuego por ti, ¿Ok?

—¡Te amo! —Ella se abalanzó a mi y me abrazó

Al día siguiente ella y yo bajamos con los demás para desayunar, sin embargo, está vez no podía enviar fotos a Aren pues me había quedado sin celular. Solté un suspiro y empecé a comer.

—¿Quieres ir al paseo del yate hoy? —Me pregunto Ariana

—¿Paseo de yate?, ¿Cuándo dijeron eso?

—¿No viste el grupo?

Y mierda, le tuve que contar a Ariana lo que pasó, por supuesto que ella también se enojo, yo también estaba enojada con Ian, pero al parecer el ni siquiera se había levantado a desayunar. Aunque para mí era mejor, ya que, no quería verlo.

Ariana y yo nos alistamos para ir al yate, estábamos a punto de embarcarnos cuando recibió la llamada de Aren.

—Hola hermano molesto.

—¿Ya comieron?

—Sí

—¿Anika comió todo?

—Sí hermano me asegure.

—Bien, dejame ver a Anika

Ella puso su celular enfrente de mi y entonces yo le sonreí

—¿Estás bien, conejo?

—Sí, lo estoy

—Te compraré un teléfono luego

—N-No es necesario, puedo comprarlo yo

—No, te daré uno. Diviértete en el viaje. Las llamaré luego

Entonces colgó la llamada, Dios, este hombre hacia lo que quería. Me preguntaba hasta cuándo iba a ocultarse de Ariana, me sorprendía que no estuviera aquí en el yate, mejor ni lo pienso, porque podría estar escondido en algún lado.

El paseo en el yate comenzó, para pasar el tiempo además de hablar y comer, Leandro decidió jugar un juego, que al principio me negué pero por presión social termine aceptando, nos sentamos en círculo, ella y yo nos sentamos juntas, y delante de nosotras estaban ellos, Alessio e Ian. Nuestras caras no fueron las mejores al verlos, de hecho, Ian se sonrojo y miro a otro lado luego de verme, ¿Se siente avergonzado ahora?, claro, el efecto del alcohol ya debió acabarse.

—¿Qué les parece si jugamos a la botella?—Dijo Luisa emocionada.

—¿Cómo es eso? —Pregunto Keren

—Facil, a quién le apunte la botella tendrá que elegir entre verdad o reto, pero en cada turbo deberá elegir alguna de las dos, no siempre la misma. ¿Está claro? —Dijo Luisa

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